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Trump-Clinton: absurdos sobre Medio Oriente
A

l observar el insulso parloteo acerca de Medio Oriente mientras un rosado amanecer brillaba tras las montañas sobre Beirut, el show de Trump-Clinton me pareció una experiencia sombríamente instructiva. A escasos cientos de kilómetros al este y sur de Líbano, cientos de personas perecen cada semana: en Siria, en Yemen, en Irak, y sin embargo allí teníamos a los mellizos terribles con su sonsonete de yo puedo vencer al Isis mejor que tú. ¿Es eso lo que el mundo árabe significa para los participantes en el reality show en el impronunciable campus universitario de Long Island?

¿Qué fue lo que le dijo Trump a Clinton? ¡Has estado combatiendo al Isis durante toda tu vida adulta! ¿Y qué respondió Clinton? ¡Bueno, al menos yo tengo un plan para combatir al Isis! Después de una hora me encontré rogando que los libaneses estuviesen dormidos entre las montañas. Por favor, Dios, que haya apagones en Aleppo y Bagdad y Saná –sólo en estos 90 minutos, tú me entiendes– para que la gente que soporta la tragedia de Medio Oriente no contemple cómo el próximo presidente de Estados Unidos utiliza sus patrias como un set cinematográfico.

Él no tiene un plan para derrotar al Isis, dijo madame Clinton. Pero ¿alguien lo tiene? Es una pena, por ejemplo, que no hayan esbozado planes para dar justicia, libertad y dignidad a Medio Oriente y poner fin a la política de bombardeos y más bombardeos que ahora parece ser sinónimo de iniciativa política en el mundo árabe. Pero claro que no, porque todo esto se acomodó en el último tramo del show transmitido por CNN, el clímax que fue titulado –según la fórmula manida y predecible– seguridad estadunidense.

Hubo una muy breve mención de Bibi Netanyahu por Trump, que debió dejar pasmados a muchos estadunidenses –excepto a los partidarios de Israel, a quienes, desde luego, iba dirigida–, pero fue todo lo que oímos de otro pequeño conflicto en Medio Oriente. Trivialidades y lugares comunes arracimados uno contra otro. Clinton afirmó que Obama había frenado a los centrífugos giratorios en Irán; no estoy muy seguro de lo que quiso decir, aunque tal vez se refería a los derviches giradores1 que viven en la región.

Y luego Trump lanzó su pastelazo.

Medio Oriente es un desbarajuste total, e Irán pronto será una gran potencia, advirtió, como si no fuera ya una potencia importante en la región, como lo ha sido durante unos 3 mil años. Pero ¿a qué desbarajuste en particular se refería? ¿El desbarajuste en los hospitales de Aleppo? ¿El desbarajuste de los derechos humanos en Egipto –aunque sospecho que la versión del brigadier general presidente Al Sissi más bien le gustaría a Trump–, o el desbarajuste que dejó el bombardeo del hospital de Médicos sin Fronteras en Afganistán? ¿O tal vez el desbarajuste de Palestina, otra cuestión que gracias al cielo no fue abordada por el dúo que planea gobernar Estados Unidos? ¿Acaso Bibi no le mencionó eso a Trump? ¿O el desbarajuste de la OTAN, cuya matanza de serbios (y de un montón de musulmanes de Kosovo) en 1999 fue seguida por el apoyo de la Alianza a la guerra afgana, pero que según Trump no se enfoca en el terror?

Tenemos que romperle la madre al Isis, y tenemos que hacerlo pronto, declaró al mundo el gran hombre. Bueno, claro, pero ¿no hemos estado todos rompiéndole la madre a Afganistán, Irak, Yemen, Siria, incluso Líbano (hace unos años), y logrando el constante renacer de guerreros cada vez más despiadados, de los cuales el Isis –el cielo nos libre de la sola idea– podría pronto producir una nueva progenie, todavía peor?

Trump parece creer que el Isis no existiría si Obama hubiera dejado 10 mil efectivos estadunidenses en Irak –estrategia que sin duda el Isis habría aplaudido–, mientras Clinton gimió que el gobierno iraquí no protegería a los soldados estadunidenses.

Y así están las cosas, supongo. Es tarea del mundo árabe proteger a Estados Unidos en sus diversas ocupaciones militares, o por lo menos es tarea (sí, sacaron a relucir esa vieja frase) de nuestros amigos en Medio Oriente. ¿Y quiénes son esos, me pregunto? ¿Esos fantásticos sauditas que nos dieron a 15 de los aeropiratas del 11-S? Casi la única tontería que no pronunciaron Trump y Clinton fue que el Isis nació fuera de Estados Unidos. En eso habrían estado en terreno seguro. ¿O tal vez no? Porque sospecho que cada vez más árabes creen que el Isis es, de hecho, un niño nacido en ese país.

© The Independent Traducción: Jorge Anaya

1 Religiosos sufíes que hacen meditación en una especie de danza giratoria (T.)