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Medio Siglo de Siglo XXI Editores

Apostamos por libros del pensamiento, dice Jaime Labastida

Sobrevivir, el reto más importante
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En esta fotografía, con la parte superior derecha deteriorada por el tiempo, algunos de los firmantes del acta constitutiva del sello Siglo XXI en 1966, entre los que figuran Rodolfo Stavenhagen, Enrique González Pedrero, Luis Cardoza y Aragón y Víctor Flores OleaFoto cortesía de Siglo XXI Editores
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Aspecto de la reunión en la que se hizo el lanzamiento de los primeros títulos de la naciente editorial, en 1966, que ocupaba la casa de la periodista Elena Poniatowska ubicada en Gabriel Mancera, en la capital del país
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de septiembre de 2016, p. 4

A 50 años de su fundación, el reto más importante para Siglo XXI Editores es sobrevivir. Lo dice sin dudarlo el director de esa casa editorial, Jaime Labastida (Los Mochis, Sinaloa, 1939), quien considera que, en general, la situación de las editoriales es muy difícil en México.

Entre otros factores, añade, esto se debe a que en el país no hay suficientes lectores porque existe una falla fundamental en nuestro sistema educativo que ocasiona que no se lea de manera suficiente.

Ilusorias cifras de lectura

En opinión del también poeta e integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, los cálculos oficiales de las encuestas de lectura “no son satisfactorios. Considero que en el país no se consume más de medio libro per cápita al año. Las otras cifras que hablan de tres libros per cápita, y otras peores apoyadas en encuestas que hablan hasta de seis libros por persona, son ilusiones.

“Si vemos la producción editorial en sentido estricto es sólo medio libro, mientras en países como Alemania, Inglaterra, Francia, Estados Unidos se consumen 12 o 14 libros per cápita al año y además ¡qué clase de libros! Son libros de pensamiento. Nosotros le apostamos a eso, al libro que haga dudar, que penetre en la crítica. Eso hace más difícil también nuestra labor editorial porque las personas se van por el entretenimiento, por lo superficial. Nuestros libros son más difíciles de colocar, pero a ello le apostamos.”

Además, continúa, “hubo una época en que las editoriales tenían exención de impuestos; eso fue suprimido. Somos una editorial privada, vivimos exclusivamente de nuestras ventas, a diferencia de las publicaciones periódicas que pueden sostenerse porque tienen anuncios, los libros no.

“Pero los libros tienen una ventaja frente a las publicaciones periódicas: tienen una vida permanente. Calculamos que nuestras ediciones se consumen al cabo de dos años para poderlas reditar. Por cuestiones de costos los tirajes por edición deben ser de 2 mil ejemplares para que se consuman en dos años.

“Claro, no es la situación ideal. En España los libros son triturados al cabo de seis meses si no son consumidos en el mercado; eso me parece nefasto, un crimen. Aquí no lo hacemos, no mandamos los libros a la guillotina como se suele decir.

Pero un tiraje de 2 mil ejemplares de un libro fundamental para una población de millones de habitantes, en México, es una cifra ridícula, concluye.