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Medio Siglo de Siglo XXI Editores

Cumplimos 50 años en plena madurez y vocación definida, dice Jaime Labastida a La Jornada

Fomentar el pensamiento crítico, motor del sello Siglo XXI

La duda y la reflexión también se inscriben en ese gran proyecto independiente fundado en 1966 por el académico y poeta argentino Arnaldo Orfila Reynal, expresa el director de esa casa editora

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Arnaldo Orfila Reynal, en primer plano, con Ernesto Che Guevara durante un encuentro en La Habana, antes de que Orfila fundara en 1966 la casa editora cuyos títulos publicados han acompañado a centenares de jóvenes universitariosFoto cortesía de Siglo XXI Editores
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de septiembre de 2016, p. 2

La editorial Siglo XXI cumple 50 años en plena madurez y con una vocación bien definida: fomentar el pensamiento crítico, la duda, la reflexión, señala en entrevista con La Jornada Jaime Labastida, actual director de ese enorme proyecto independiente fundado en 1966 por el académico y poeta argentino Arnaldo Orfila Reynal (1898-1998).

Ayer, durante la asamblea anual de accionistas, se efectuó el coctel de aniversario de esa casa editora que durante medio siglo ha acompañado con sus títulos, principalmente, a cientos de jóvenes universitarios.

La historia de Siglo XXI Editores empezó el mismo día que al presidente Gustavo Díaz Ordaz le incomodó la insistencia de Orfila por publicar en el Fondo de Cultura Económica (FCE), editorial de la que fue director de 1948 a 1965, el libro Los hijos de Sánchez, del antropólogo Oscar Lewis, obra que en opinión de uno de los allegados del mandatario denigraba a México y favorecía la revolución socialista porque mostraba la pobreza del país.

Esa persona le dijo a Díaz Ordaz que era inaceptable que ese título se publicara, además, porque la editorial estaba dirigida por un extranjero, el cual debía ser expulsado del país por semejante osadía.

Esta historia la narró el propio Orfila en una serie de entrevistas que ofreció a Alejandro López y a Antonio Loyola en su domicilio, entre octubre y noviembre de 1986, transcritas por Simeón Gayosso y Trilce López Rascón, texto que Siglo XXI Editores compartió con La Jornada.

Aunque el editor no fue expulsado del país, sí lo echaron del FCE.

Así cuenta Orfila esos momentos: “La noticia corrió como reguero de pólvora, la primera persona que me habló fue Elena Poniatowska, me preguntó qué pensaba hacer y le dije: ‘por lo pronto voy a entregar la dirección, después veremos’. Ella me dijo: ‘tenemos que hacer otra editorial’ (...) Como ya había salido en el periódico (la noticia de su despido), a la noche llegaron a casa unos sesenta y tantos amigos, mujeres, hombres, matrimonios. Nosotros, muy tomados de sorpresa, tuvimos que andar buscando botellas de vino para ofrecerles, no teníamos nada, no sabíamos qué hacer, alguien fue a traer pollo y vino.

“Se juntan en esa mesa don Jesús Silva Herzog, Pablo González Casanova, Guillermo Haro, Fernando Benítez y muchos más, no me acuerdo. Yo estaba sentado hablando con los muchachos, con Rodrigo Asturias, Martí Soler, Concepción Zea y otros, en ese momento viene Haro y me dice: ‘una sola pregunta le voy a hacer, ¿cuánto dinero haría falta para hacer una editorial?’

“‘Para hacer una editorial se necesita como un millón de pesos’, le dije, ‘con eso se podría hacer una editorial’. ‘Bueno’, me dice, y se va con el grupo de nuevo. Al rato vuelve Haro: ‘hemos pensado hacer una sociedad anónima, vamos a organizar una comida y lanzaremos la idea de una nueva editorial’. Me pregunta que si podemos discutir el nombre, le contestó que si van a lanzar la idea, esperemos la respuesta, pero me dicen: ‘no, vamos a lanzar la idea de una nueva editorial, desde ya hemos decidido apoyarla’.

“Enrique González Pedrero propone que se llame editorial Orfila, algunos discuten, dicen algo; entonces intervine para decirles: ‘tenía pensado hacer una revista el año que viene y había pensado llamarla Siglo XXI, no sé qué opinen de llamar así la editorial’. Pues muy bien, les gustó a todos el nombre, y le pusieron Siglo XXI.”

Y la nave va

Y la nave fue. La periodista Elena Poniatowska ofreció una casa que tenía en la calle Gabriel Mancera, nos la alquiló sin pagar nada, sino con acciones, durante un año o dos, creo, sigue Orfila, y nos instalamos allí, hicimos unas pequeñas reparaciones porque la casa hacía algunos años que estaba vacía. Nos fuimos a instalar a la preciosa casa de la calle de Gabriel Mancera. La madre de Elena vivía al lado, estaba dividida por una cerca de jardín, de árboles, y ahí estuvimos de 1965 a 1971, cuando nos venimos a este edificio de Cerro del Agua.

El primero de octubre de 1966 se lanzaron los 10 primeros títulos de Siglo XXI Editores, y en diciembre 11 más para completar los 21 primeros, entre ellos Arquitectura y pintura en Teotihuacán, de Laurette Séjourné; José Trigo, de Fernando del Paso; Poesía en movimiento (México: 1915-1966), compilado por Octavio Paz, Alí Chumacero, Homero Aridjis y José Emilio Pacheco; Martí: el héroe y su acción revolucionaria, de Ezequiel Martínez Estrada; El nacimiento de la clínica, de Michel Foucault, y No es fácil el camino de la libertad, de Nelson Mandela.

Hoy somos una editorial amplia de criterio, plural, que no esta circunscrita a una forma de pensamiento determinado ni a una ideología, mucho menos a un partido político, afirma Labastida, quien reconoce que en 50 años Siglo XXI ha vivido altas y bajas.

Hemos tenido momentos de crisis muy fuertes, al igual que toda la industria editorial. Pero hemos podido salir adelante. En este momento no voy a decir que estamos en una situación privilegiada, pero somos una editorial independiente que subsiste precisamente por el favor del público que nos lee y sigue nuestros libros. Eso es muy satisfactorio.