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Fiscalía lo acusa de recibir más de un millón de dólares en sobornos de la constructora OAS

Lula será juzgado en Brasil por varios cargos de corrupción en Petrobras

Según encuestas, el ex presidente es candidato favorito para 2018, pese a las acusaciones

 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de septiembre de 2016, p. 27

Sao Paulo.

El ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva será juzgado por cargos de corrupción, determinó este martes un magistrado, lo que sumó más turbulencia al caótico escenario político local.

El juez Sergio Moro dijo que Lula, presidente entre 2003 y 2011 y la figura política más influyente de Brasil en las últimas dos décadas, será juzgado por sospechas de que aceptó 3.7 millones de reales (1.11 millones de dólares) en sobornos de la constructora OAS, dentro de la trama de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

Lula sería beneficiario directo de ventajas concedidas por el Grupo OAS y, según la denuncia, tendría conocimiento de su origen en el esquema delictivo que afectó a Petrobras, afirma el texto de Moro, con base en los alegatos de la fiscalía, en una decisión que ya se esperaba dada la enemistad del magistrado con Lula.

Los sobornos se transfirieron mediante la compra, personalización y decoración de un departamento tríplex en Guarujá, en el litoral paulista, según el juez, cuyo tribunal se encuentra en Curitiba.

Lula siempre ha negado ser el propietario de ese tríplex, ha proclamado su inocencia en todas las investigaciones de que es objeto, y atribuye las acciones judiciales en su contra a un plan de las élites para bloquear su candidatura en las elecciones de 2018.

Dilma Rousseff, sucesora de Lula, fue declarada culpable de violar las leyes presupuestarias y destituida de la presidencia el mes pasado luego de un juicio político en el Senado. El ex vicepresidente Michel Temer, quien asumió como mandatario, en lo que Rousseff calificó de golpe de Estado parlamentario, ha dado un giro hacia la derecha en sus políticas en un intento por poner fin a la peor recesión que enfrenta Brasil desde la década de 1930.

Lula, de 70 años, fue señalado por la fiscalía como el comandante máximo del esquema de corrupción que durante una década drenó más de 2 mil millones de dólares de Petrobras. La denuncia volvió a sacudir al país, dos semanas después de la destitución de Rousseff.

Pese a las acusaciones de corrupción que enfrentan el izquierdista Partido de los Trabajadores, fundado por Lula, y varios de sus ex aliados de coalición, recientes encuestas mostraron que Lula sigue siendo uno de los candidatos preferidos para 2018.

Lula fue acusado de tres cargos de corrupción, que conllevan una sentencia máxima de 16 años cada uno, y tres de lavado de dinero, con una posible condena hasta de 10 años por cargo. Si es hallado culpable la sentencia será determinada por el juez.

La causa involucra también a su esposa, Marisa Leticia da Silva, y a otras seis personas.

El ex mandatario ya es juzgado en una corte de Brasilia por tentativa de obstrucción de la justicia. Según el ex senador del PT, Delcidio do Amaral, que colabora con las autoridades a cambio de una reducción de condena, Lula participó en un plan para comprar el silencio de un ex directivo de Petrobras involucrado en el fraude.

Además hay otras dos investigaciones abiertas en Curitiba: una para determinar si es el verdadero propietario de una casa en las afueras de Sao Paulo –registrada a nombre de terceros– y otra por sospechas de que constructoras beneficiadas del esquema de Petrobras pagaron abultadas cifras al Instituto Lula y a LILS Palestras, firma del ex presidente ligada a su trabajo de conferencista.