Sociedad y Justicia
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Antes era considerado un asunto de la niñez, explica experta

El trastorno de déficit de atención no diagnosticado afecta la vida adulta
 
Periódico La Jornada
Martes 13 de septiembre de 2016, p. 33

Hasta hace unas décadas el trastorno de déficit de atención (TDA) no se percibía como problema de salud que persistiría durante toda la vida, sino como asunto propio de la niñez, por lo que no se diagnosticaba ni trataba. Esto ocasionó el incremento del número de adultos con dicha alteración.

Jacqueline Yglesias Sánchez, especialista en neurosicología del Instituto Politécnico Nacional (IPN), estima que entre 4 y 5 por ciento de la población adulta padece TDA, alteración neurológica disfuncional que impacta el área cognitiva desde el nacimiento, pero se hace más evidente en la etapa escolar.

Cuando no se diagnostica en la niñez, el TDA puede generar conflictos siquiátricos, sociales, familiares, laborales y de pareja a mayor edad. Un adulto con esa disfunción no puede terminar una actividad ni poner atención en una junta, se le olvidan responsabilidades y fechas, es susceptible de tener accidentes automovilísticos y generalmente no alcanzan escolaridades altas, precisó.

Manifestó que es muy raro que un adulto solicite un diagnóstico de TDA, más bien algunos acuden a consulta por problemas de memoria, ansiedad o depresión, pero al profundizar los estudios se determina que el problema persiste desde la infancia.

El diagnóstico de TDA incluye evaluaciones neurológicas, neurosicológicas y sicopedagógicas, y a partir de los resultados se elabora un plan basado en sicoeducación, fármacos y consulta sicológica. En el momento de estas evaluaciones es importante hacer una diferenciación clara entre problemas de conducta, emocionales y neurológicos, para evitar incurrir en errores.

Aunque es una afección genética, también puede presentarse por falta de oxigenación cerebral en el nacimiento. El problema no es estructural, sino funcional, y aunque en los pacientes el lóbulo frontal derecho del cerebro es ligeramente más pequeño que el izquierdo, su capacidad intelectual es normal, pero la alteración de las funciones ejecutivas (organización, planeación, ejecución y verificación) impide el logro de metas.