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Ciencia y salud, pilares del desarrollo, expresan académicos

Golpea el PEF sectores que no deberían tocarse

Para educación pública se plantea destinar 10 por ciento menos que en 2016

Conacyt se verá afectado con una merma de 23.3 por ciento

 
Periódico La Jornada
Martes 13 de septiembre de 2016, p. 3

El recorte presupuestal planteado en el proyecto del gasto federal 2017 –enviado por el Ejecutivo federal a la Cámara de Diputados– golpea a sectores que no deberían tocarse, como educación, ciencia y salud, indicaron destacados académicos universitarios.

El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el siguiente año plantea destinar para educación pública 265 mil 704.2 millones de pesos, 10 por ciento menos en términos reales que en 2016; 121 mil 817.5 millones para salud, 10.8 por ciento menos que para el actual ejercicio presupuestal, y 26 mil 963 millones de pesos al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), 23.3 por ciento menor (contando inflación) que en este año.

Respaldará la UNAM que se aumente el apoyo a investigación

Al respecto, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, aseveró que la casa de estudios respaldará que se incremente el apoyo a investigación, ciencia y educación.

Dijo que si bien en el proyecto de PEF se respeta el monto solicitado por la institución (36 mil 345 millones de pesos), el recorte a Conacyt para el siguiente ejercicio fiscal afectará al sector y a la UNAM de manera muy importante.

‘‘Si México quiere competir a nivel internacional es necesario que se impulse cada vez más el desarrollo de la ciencia y la tecnología”, enfatizó Graue Wiechers durante la entrega del premio Fundación UNAM-Cofepris-Consejo Farmacéutico Mexicano a la Innovación Farmacéutica y Dispositivos para la Salud 2015.

Por su parte, el ex rector de la casa de estudios Juan Ramón de la Fuente lamentó que siempre que hay un ajuste presupuestal ‘‘empiezan por recortar en lo último que se debería: en el gasto social’’.

Es verdad que se debe entender que las circunstancias económicas del país son complejas, pero ‘‘hay prioridades y éstas deben estar en estos rubros (educación, salud y ciencia). Tendrá que haber un programa de austeridad, pero ésta debe repartirse parejo’’, consideró.

Entrevistado después de ofrecer una conferencia sobre el papel de las universidades en la relación México-Estados Unidos, De la Fuente –también doctor honoris causa por la UNAM– se manifestó en contra de que los recortes a educación y ciencia tengan impacto directo en programas para estudiantes, investigación científica, ciencias sociales y humanidades, así como para la docencia.

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ENTREGA DE RECONOCIMIENTOS. Dionisio Meade, presidente del Consejo Directivo de Fundación UNAM; Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional, y Mikel Arriola, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, durante la entrega a universitarios del premio Fundación UNAM-Cofepris-Consejo Farmacéutico Mexicano a la Innovación Farmacéutica y Dispositivos para la Salud 2015Foto La Jornada

Desde hace varios años, recordó, las universidades públicas rinden cuentas de su gasto a través de auditorías ante las instancias correspondientes, cosa que no hacen otras instancias que reciben presupuesto público. Esto ‘‘debería tener un mérito’’, por lo que propuso que los criterios para establecer recortes podrían basarse entre quienes rinden cuentas o no.

Mencionó que el proceso de aprobación del presupuesto no ha concluido, por lo que confió en que los diputados puedan ajustar al alza los recursos para el siguiente año a estos sectores.

Por separado, Francisco Reyes Durán, economista de la Escuela Nacional de Estudios Superiores León, de la UNAM, aseveró que esta disminución presupuestal es ‘‘muy delicada porque tendrá repercusiones en estos sectores estratégicos’’. Aunque no sorprenden, porque son la base del modelo económico que se ha aplicado desde hace 30 años, añadió.

El especialista indicó que tan sólo para el pago de intereses de la deuda pública se destinarían más de 568 mil millones de pesos, cifra mayor a la inversión gasto en su conjunto que se propone destinar a educación, salud, desarrollo social y a los ocho centros universitarios públicos federales del país, que es de poco más de 556 mil millones.

Hugo Casanova Cardiel, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, también de la UNAM, afirmó que estos ajustes a la baja, particularmente en educación, develan que el modelo económico actual prefiere tener repercusiones en las necesidades sociales con tal de no afectar la macroeconomía.

Con el recorte de más de 10 por ciento del presupuesto a educación, dijo, pareciera que la prioridad para el sector de la que habla el gobierno federal –a raíz de la reforma educativa– es sólo demagogia. ‘‘Se dice que la educación está en el centro del desarrollo nacional, pero a la hora de la verdad no se le respalda. Habría que preguntar cuánto se ha gastado en un proyecto fallido (la reforma)’’.

Juan Fidel Zorrilla, también del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad, detalló que los recortes en estas áreas tendrán efectos negativos, que en el caso de la educación impactarán sobre todo en los niveles medio superior y superior.