Opinión
Ver día anteriorMartes 13 de septiembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Un encuentro críptico

Mancera y el perredismo

Desayuno con colofón político

H

acia finales de la semana pasada, en un hotel del centro de esta ciudad, se celebró un evento que quiso decir mucho en cuanto a sus discursos, pero que se encriptó en su sentido político más amplio y trazó en el simbolismo todo el rumbo futuro para las elecciones de 2018.

Tal vez muchos no lo entendieron, pero el efecto de lo que se vio y se escuchó allí marcó a los asistentes. Primero fue un desayuno largo que retrasó el inicio del evento por más de media hora en la que, aparentemente, se le dio la última vuelta al tornillo para que ajustara en el ánimo de los presentes.

Era un tanto fuera de lo común que el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, destinara casi toda la mañana a un acto del PRD, donde estaba la presidenta nacional, Alejandra Barrales. Pero el evento estaba destinado a los asambleístas de la ciudad. No parecía nada común, sobre todo cuando es muy sabido que quienes tienen las riendas de ese partido poco se preocupan por lo que pasa en la Ciudad de México.

Y luego, como descontón llegó el anuncio, apenas iniciado el acto, de que el PRD tiene en el jefe de Gobierno de la Ciudad de México a su candidato a la Presidencia de la República. La información no parecía haber sido de mucho impacto entre los asistentes –creemos que ya todos tenían el nombre en la mente–, quienes, sin embargo, aplaudieron con fuerza la comunicación, ahora casi oficial, para el PRD, que lanzó Mauricio Toledo.

No había mucho que desentrañar y Alejandra Barrales, en calidad de presidenta nacional del sol azteca, avaló el anuncio, que parecía decir: Señores, todo está decidido. Aparentemente todo quedó ahí, pero había más. El jefe de Gobierno rindió, entonces, un informe al PRD de la ciudad, y desplegó un arsenal de argumentos para señalar las diferencias entre el gobierno de la ciudad y el federal.

Los saldos favorables a la labor de Miguel Ángel Mancera en algún momento del recuento parecían sólo el resultado del esfuerzo personal, pero con mucha razón alguien de los presentes comentó: Se trata más bien de la inspiración política. Mancera está a la izquierda, esa es la diferencia. Contraste que Raúl Flores, presidente del PRD en la ciudad, había empezado a esbozar en su turno.

Alejandra Barrales estaba radiante; el PRD que ella comanda respalda la candidatura del ahora jefe de Gobierno, pero en la cocina de ese escenario parecía prepararse otro platillo político, que estaba tan a los ojos de todos que nadie se daba cuenta: el respaldo del jefe de Gobierno a la presidenta de los amarillos para que se lance como candidata a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Por eso ese extraño acto con asambleístas de la ciudad y diputados constituyentes.

Y no fue todo: en la mesa de honor parecía darse por sentado que allí estaba casi todo el equipo de trabajo de ahora, pero también del futuro, del actual jefe de Gobierno. Héctor Serrano a la cabeza, Raúl Flores, Mauricio Toledo, Leonel Luna, Julio César Moreno y la propia Alejandra Barrales. Y que lo entienda quien lo quiera entender.

Y una última: la encargada de la política interior en la capital del país brilló por su ausencia.

De pasadita

Ayer, en el edificio del Gobierno de la Ciudad de México se reunieron quienes trabajaron en la redacción del proyecto de constitución que habrá de presentarse a la Asamblea Constituyente.Allí mismo debió estar Rogelio Muñiz, uno de los hombres que durante más tiempo –por ahí de 10 años– ha dedicado a la construcción de estas nuevas reglas de convivencia para la capital del país, y hoy, eso se dice, Miguel Ángel Mancera habrá de dar a conocer los nombres de sus seis diputados –tres hombres y tres mujeres– que formarán parte del cuerpo de la constituyente. Por el lado de las mujeres, se esperan sorpresas.