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Helado yaces, corazón, a cargo de Teatro Gótico, en la Casa del Lago

Celebra montaje la vida y el talento de Mary Shelley a 200 años de Frankenstein
Foto
Dirige la puesta Eduardo Ruiz SaviñónFoto Luis Humberto González
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de agosto de 2016, p. a13

Como una forma de reconocer la vida y el talento de la escritora Mary Shelley (1797-1851), quien a los 18 años escribió la célebre novela Frankenstein o el moderno Prometeo, así como para celebrar los 200 años de la creación de la singular y monstruosa criatura, se estrenó la obra Helado yaces, corazón, Mary Shelley, en la sala Rosario Castellanos de la Casa del Lago.

Se trata de una propuesta escénica en la que se recrean las últimas horas de vida de la narradora inglesa, durante las cuales se entreteje la realidad, la imaginación y el delirio que la conducen al dolor de la pasión y la felicidad perdida, así como a los remordimientos por haber creado un maravilloso, pero siniestro ser.

En su agonía, Mary oscila entre su presente y su pasado, entre las pesadillas que la atormentan y sus anhelos personales, y la pasión por su amado esposo, de quien conserva su incombustible corazón, el cual quedó intacto desde que el poeta fue incinerado.

La realidad de lo sobrenatural trastoca la mente y la razón de Shelley. La creación de Frankestein es aquí un fantasma que cobra vida en su imaginación, para reprocharle su identidad, su permanente y angustiada existencia. ¿Quién soy?, ¿quién fui? Soy malvado, porque soy infeliz, es el desgarrador grito que sintetiza la conducta y amargura de quien es el eterno rechazado.

Mary Shelley y Frankenstein se amalgaman; ella encarna al monstruo y la criatura vive los tormentos de ella. El abandono de ambos se vuelve uno solo.

Con la idea original y dirección de Eduardo Ruiz Saviñón, las actuaciones de Elena de Haro y Alejandro Juárez-Carrejo, Helado yaces, corazón es una obra que rinde homenaje a Mary Shelley, quien como mujer tuvo que ir a contracorriente para desarrollar su talento, comentó Ruiz Saviñón.

Fue una mujer atormentada, una gran romántica, en el más amplio sentido de la palabra, explicó De Haro. “A los pocos días de nacida murió su madre. Eso marcó su vida como una existencia de pérdidas y remordimientos, ya que se siente culpable de esa muerte. Para su padre fue su adoración, sin embargo, él se casó luego con una mujer que no quiso a Mary. En cierto momento de la historia ella dice: ‘La falta de afecto en mi infancia me preparó para la sensibilidad más extrema’. Por otro lado, el contacto con la naturaleza, con las fuerzas naturales, también marca su personalidad, además de su pasión amorosa que sentía por su marido, con quien se fuga, estando él todavía casado con otra mujer, que estaba embarazada y que posteriormente se suicidó, lo que a Mary le causó cierta culpa.”

Además, agregó la actriz, “de los cinco hijos que tuvo con Percy Shelley, sólo sobrevivió uno y, para colmo, es la creadora de un monstruo, que la hace sentir miedo, como dice en el montaje, ‘de que las futuras generaciones me crean ser la causante de la plaga que devastará a la humanidad’”.

La puesta escénica está teñida de esos remordimientos y punzante desazón, por la constante incomprensión, por la tristeza y la soledad de tener que sobrevivir a todos sus seres queridos.

Con la compañía Teatro Gótico, encabezada por Ruiz Saviñón, Helado yaces, corazón, se presenta los viernes a las 20 horas, sábados y domingos, a las 18 horas, en la Casa del Lago (primera sección del Bosque de Chapultepec).