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Si una mayoría simple vota a favor, la destitución de Rousseff estaría muy cerca

En sesión maratónica el Senado de Brasil debate el impeachment

Legislador del PT denuncia una alianza política en el Congreso con olor a golpe

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Ricardo Lewandowski, presidente del Supremo Tribunal Federal (al centro), conversa con los senadores Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña, Paulo Rocha y Lindbergh Farias, ambos del Partido de los Trabajadores, durante la sesión para discutir el informe de juicio político contra la suspendida presidenta Dilma Rousseff, que empezó ayer en BrasiliaFoto Xinhua
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Manifestación de apoyo a Dilma Rousseff y repudio al presidente interino de Brasil, Michel Temer, ayer en calles de Sao PauloFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de agosto de 2016, p. 25

Brasilia.

El Senado de Brasil inició este martes la sesión plenaria para debatir el informe de la comisión especial sobre el juicio político contra la suspendida presidenta Dilma Rousseff, que se espera concluya este miércoles con la votación que marcará la última escala antes de la decisión definitiva, que podría poner fin al ciclo de más de 13 años de la izquierda en el poder.

El informe de la comisión especial recomendó destituir a Rousseff por considerar que la presidenta cometió crímenes de responsabilidad fiscal y que atentó contra la Constitución, al firmar decretos para financiar al Tesoro con la banca pública, sobre todo en su campaña de relección de 2014, sin haber informado al Congreso.

El informe fue elaborado por el senador Antonio Anastasia, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y fue aprobado el jueves pasado por la comisión especial con un amplio margen de 14 votos contra cinco, por lo que se espera que la votación en el pleno este miércoles mantenga esta tendencia.

“El Senado se reúne hoy para ejercer una de las más graves competencias que la Constitución le confiere: deliberar sobre la apertura de un proceso de impeachment contra el jefe de Estado de gobierno, la presidenta Dilma Vana Rousseff”, dijo al abrir la sesión el presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, quien dirigirá los trabajos, mientras la atención de todos está puesta en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

La sesión se extenderá 20 horas, es decir, hasta la mañana de este miércoles, pues cada uno de los senadores tendrá 10 minutos para hablar. Además, la parte acusadora tendrá 30 minutos para dirigirse al pleno, que prevé intervalos en la sesión de 60 minutos cada cuatro horas.

Los analistas dan por descontado que el Senado dará un fuerte respaldo al impeachment; bastará una mayoría simple, la mitad más uno de los 81 miembros. De ser así, el proceso continuará y la cámara alta deberá volver a pronunciarse en una segunda votación a finales de mes, en la que Rousseff podría ser destituida con una votación de dos tercios de senadores (54).

Apenas comenzó el proceso la mañana de este martes, Lewandowski decepcionó a los partidos aliados de Rousseff, que habían preparado varios recursos para intentar atrasar la votación. El magistrado dijo que analizará todos los recursos a la vez y dará una sola respuesta, con lo que descartó la posibilidad de un análisis específico para cada objeción.

Hoy no es un buen día para nuestra democracia, afirmó en su intervención Paulo Rocha, senador del Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff. Existe una alianza política con olor a golpe, afirmó.

Rousseff, ex guerrillera de 68 años, fue suspendida del cargo el 12 de mayo pasado y acusó al vicepresidente, Michel Temer, del PSDB, quien ahora ocupa la presidencia interina, de haber orquestado un golpe en su contra.

La gestión de Temer, en opinión de Rousseff, está dominada por Eduardo Cunha, ex presidente de la Cámara de Diputados, de quien la mandataria sospecha que sobornó a decenas de legisladores para que votaran por la apertura del impeachment, al estar involucrado en los casos de corrupción en la estatal Petrobras.

Recluida en la residencia presidencial, la mandataria, quien fue relecta con más de 54 millones de votos, ha dicho que publicará una carta en la que se comprometerá a convocar un plebiscito para que los ciudadanos decidan si quieren adelantar elecciones, en caso de que consiga evitar el impeachment.

Temer, en tanto, lidera un frente en favor de la destitución para asegurarse la presidencia hasta el 31 de diciembre de 2018, cuando terminaría el gobierno de Dilma Rousseff.

También en las calles había manifestaciones de rechazo al juicio político. En Sao Paulo, donde también ondean carteles con la leyenda ¡Fuera Temer!, unas 250 personas protestaban contra el golpe, convocadas por centrales sindicales.

En Brasilia, lejos de los anillos olímpicos, el edificio del Congreso estaba cercado con vallas a la espera de manifestantes. Si Rousseff pierde definitivamente el poder, será el segundo jefe de Estado brasileño en caer a manos del Congreso en 24 años. El anterior fue el hoy senador Fernando Collor de Mello.

Bernie Sanders, el ex precandidato presidencial demócrata más progresista en la historia de Estados Unidos, condenó el proceso contra Rousseff . Me perece un golpe de Estado, dijo, y apremió al gobierno de Barack Obama a pedir que haya elecciones democráticas para superar la crisis.

“Estados Unidos debe oponerse al impeachment… No puede quedarse sentado en silencio mientras las instituciones democráticas de uno de nuestros más importantes aliados son socavadas”, señaló en un texto divulgado la noche del lunes.