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Rocío Cerón habla de su primera obra en prosa, publicada por la UANL

La curiosidad es una forma de rebelión, como poder estar, oír y ver, opina poeta

México necesita más personas que sin sacarse los ojos y las tripas se opongan a los sistemas, expresa en entrevista con La Jornada

Recomienda cultivar el ocio creativo

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Rocío Cerón propone rebelarse ante la hiperproductividad, la capacidad del mundo de homologarme en el sentido de que todos tenemos que usar las mismas marcas, ser igualesFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Miércoles 10 de agosto de 2016, p. a11

La poeta Rocío Cerón (CDMX, 1972) realizó su primer acto de rebelión a los cinco o seis años al engatillar su dedo pulgar. Es decir, lo mantuvo parado e inmóvil, hasta que a los 15 días sus padres tuvieron que llevarla al médico para que empezara a moverlo y ponerle tablillas y de ese modo no perdiera movilidad.

Cuando los demás dicen que no se puede, que algo está mal, que esa búsqueda está equivocada, Cerón de inmediato se mete hasta el fondo de los pliegues y las profundidades de ese lodazal, hasta encontrar qué hay allí porque soy muy curiosa.

Para esa autora la curiosidad es una forma de rebelión, al igual que el acto de poder estar, escuchar y ver. Siente que México necesita más personas que tengan la posibilidad y la intención de rebelarse a los sistemas, no de una manera violenta, sacándose los ojos y las tripas, sino conscientes de que eso consiste, por ejemplo, en leer poesía o escuchar música clásica, en vez de estar en el YouTube o en el Pokémon GO.

Dentro de ese tenor está su libro más reciente, La rebelión o mirar el mundo hasta pulverizarse los ojos (Universidad Autónoma de Nuevo León, UANL, 2016), que hoy será presentado a las 19 horas en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

Ahí la autora conversará con Luis Ruis Caso y Antonio Ramos Revillas en el comienzo del ciclo Letras universitarias.

La rebelión... es el primer libro en prosa de Cerón, aunque en 2005 publicó Apuntes para sobrevivir al arte, que describe como una especie de prosa poética y aforismos.

Ahora, su nuevo trabajo literario recoge este viaje también estético, multidimensional, de sentido de percepción, desde donde empecé básicamente en las artes visuales, expresa Cerón en entrevista con La Jornada.

Dividido en cuatro secciones: Fugacidades del mundo, Suites de lo ordinario, Espuma visual y Tránsitos poéticos, algunos de los textos son nuevos, otros los actualizó. En Espuma visual, por ejemplo, hay un acercamiento con artistas cuyas estrategias creativas han sido relevantes en su obra, como Lucian Freud, Louise Bourgeois, Pipilotti Rist, Francis Alÿs y Julio Ruelas.

Busco implementar estrategias de otras disciplinas artísticas para amplificar la presencia del poema en el espacio/tiempo, el espacio/escénico, el espacio/sonoro, explica.

En Fugacidades del mundo, Rocío Cerón aborda otra forma de rebelarse: el ocio. La escritora lo celebra, porque éste permite rebelarse ante el sistema de producción absoluta que vincula el tiempo con la eficiencia. Los sistemas, tanto políticos como culturales, domestican a las personas. Ya que el ocio creativo requiere de tiempo; éste es una forma de rebelarse.

Contra el tiempo del vértigo

–Para usted, ¿qué significa la rebelión?

–La rebelión implica colocarse en el mundo. Poder estar, escuchar y ver. Rebelarse ante la hiperproductividad, la capacidad del mundo de homologarme en el sentido de que todos tenemos que usar las mismas marcas, ser iguales. La unicidad a la subjetividad tiene que ver con tu capacidad de percepción. Mirar un cuadro, por simple que suene, me parece un profundo acto de rebelión.

“La verdadera rebelión es dejar de estar en estos sistemas que te automatizan, te hacen un hombre o una mujer eficientes, pero como un producto que también es desechable.

Para mí la experiencia artística o poética permite rebelarse ante eso, permite de alguna manera entrar a un tiempo que no es el tiempo del vértigo, del que estamos obligados a vivir respecto de la máxima productividad.