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En 1959 conquistó el título gallo al vencer al francés Alphonse Halimi, en Los Ángeles

Muere José Becerra, el boxeador que vengó la derrota de Raúl Ratón Macías

A su regreso lo recibió el entonces presidente Adolfo López Mateos, quien le regaló su reloj

Foto
José Becerra, durante un entrenamiento públicoFoto cortesía CMB
 
Periódico La Jornada
Domingo 7 de agosto de 2016, p. 8

Guadalajara, Jal.

Después de años de lucha contra la insuficiencia renal, el ex boxeador tapatío José Becerra murió a los 80 años de edad en esta ciudad.

En 1959 conquistó el título gallo. Aquella victoria fue más esplendorosa porque significó también la venganza ante el francés Alphonse Halimi, quien había infligido una dolorosa derrota al mexicano Raúl Ratón Macías (1957), en uno de los episodios que más hondo calaron entre los aficionados mexicanos.

Becerra no sólo acudió a Los Ángeles, California, para tratar de conquistar un campeonato mundial, sino para lavar la afrenta que había sufrido el ídolo de Tepito, en un episodio que las crónicas de la época llamaron La noche triste del boxeo nacional.

Halimi pagó caro ante un Becerra que salió inspirado, como una máquina demoledora que golpeó sin tregua el rostro del francés, quien terminó de espaldas en la lona, exhausto y al borde de la inconciencia.

La esquina del mexicano estalló eufórica y lo levantó en hombros. Fue un acto que también simbolizó el entusiasmo de millones de nacionales que encumbraron al Ratón Macías y, en consecuencia, al propio Becerra.

Más de 100 mil personas fueron a vitorearlo al aeropuerto capitalino y el entonces presidente Adolfo López Mateos no sólo lo recibió, sino que le regaló su propio reloj y ordenó que fuera internado en el Hospital Central Militar para su pronto restablecimiento después de la fragorosa batalla.

Sin embargo, la gloria fue efímera. Le duró sólo dos combates más, en las que defendió con éxito su campeonato y ganó 200 mil dólares. Una fortuna si se piensa que una casa valía alrededor de 10 mil pesos.

El retiro de Becerra del campeonato fue una decisión incomprensible. El peleador dijo que le afectó la muerte del galés Walter Ingram, quien falleció tan sólo unas horas después de la contienda entre ambos.

Era la primera defensa del campeonato. Becerra lo derrotó en ocho asalto. Fue una derrota que le costó la vida a Ingram.

Jamás pude reponerme de esa tragedia, repetía Becerra. Un año después el mexicano fue noqueado por Eloy Sánchez. Argumentó que no pudo defenderse ante el miedo de lastimar a su rival, como había ocurrido con Ingram.

La muerte del negrito Ingram fue debido también al público, porque me gritaban que era campeón de papel debido a que no tiraba golpes y eso me dolió. Por eso le pegue a placer, contaba.

Me enojé y la gente me gritaba ¡acábalo! ¡acábalo!... Me insistían. Su mánager lanzó la toalla para evitar el desigual combate. Ingram tuvo fuerzas para felicitarme. Se fue a su esquina y cayó en la lona. Tenía paralizado el cuerpo y nunca despertó, recordó acongojado.

Pese al dolor, José Becerra memoró lleno de orgullo que fue el primer campeón absoluto en peso gallo de México.

Se retiró siendo monarca, en pleno apogeo, a los 23 años. Me fui porque ya me sentí mal y no quise seguir, el boxeo era más duro antes, resumió alguna vez.