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Los pendientes para reducir la contaminación atmosférica
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esde hace más de un cuarto de siglo, las autoridades de la Ciudad de México imponen medidas para enfrentar el grave problema de la contaminación atmosférica. Fue durante la regencia de Manuel Camacho que hubo el primer esfuerzo conjunto entre el gobierno capitalino y el del estado de México para establecer políticas que paliaran los daños que a la salud ocasionaba la mala calidad del aire. Como parte de esa tarea se creó una comisión integrada por funcionarios y especialistas encargada de proponer las medidas más viables para lograr dicho propósito. Las siguientes administraciones continuaron ese camino hasta llegar a sumar otras entidades, como Hidalgo, Puebla y Morelos y que hoy conforman una megalópolis poblada por cerca de 25 millones de habitantes.

Si bien algunas medidas contribuyeron a disminuir el problema, éste continua porque no todas las partes involucradas han actuado con la efectividad requerida y porque el parque vehicular no cesa de crecer al lado de un transporte público obsoleto e insuficiente. Además, el crecimiento urbano continúa sin la menor planeación y a costa de recursos básicos para combatir la contaminación, como son los bosques y áreas agrícolas que servían, además, para captar el agua de lluvia y recargar el acuífero que surte la mayor parte del líquido que demanda la población de la cuenca de México.

Especialmente este año, la mala calidad del aire hizo crisis en la megalópolis. La ciudadanía, como siempre, colaboró positivamente y como pudo sorteó los inconvenientes que le ocasionaron las emergencias ambientales. Pero esa crisis mostró que en los estados que circundan a la capital del país las medidas anticontaminantes no se cumplen a cabalidad y que muchos verificentros son nido de corrupción; que el transporte federal de carga no estaba sujeto a medidas anticontaminantes. Igual el público concesionado.

Ante la crítica situación, el presidente Peña Nieto sacó del sepulcro en que yacía el responsable federal del Medio Ambiente, Rafael Pacchiano. para coordinar las tareas destinadas a resolver el problema de manera integral. Reapareció también la Comisión Ambiental Metropolitana. Pero en vez de ser la solución, el integrante del negocio familiar que es el mal llamado Partido Verde, originó más conflictos. Con enorme despliegue publicitario y el aval de los mandatarios de las entidades que conforman la megalópolis, anunció hace ya más de dos meses 168 medidas contra la contaminación atmosférica. Pacchiano se prodigó en entrevistas en los medios para anunciar unas cuantas que debieron estar en marcha desde hace años. Pero la mayoría se desconoce mientras el problema continúa.

Y, además, la intervención federal politizó la tan prometida estrategia global para lograr un aire menos dañino a la salud pública. El jefe de gobierno de la Ciudad de México, señaló a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) –depende del secretario verde–, de crear más problemas que soluciones. Y mientras Pacchiano regresaba a la tumba del que fue sacado para coordinar las tareas destinadas a resolver la crisis, Miguel Mancera tuvo que solicitar la intervención presidencial.

Otra institución que resucitó para sumarse a la solución del problema fue la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, la cual pidió al titular de dicha procuraduría colaborar con el gobierno de la capital del país y abstenerse de actuar con sesgos y argumentaciones ajenas al tema ambiental. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos informó que integraba varios expedientes contra diversas autoridades federales y estatales por quejas relacionadas con los problemas que ocasiona la contaminación del aire en la cuenca de México.

Bienvenidas las nuevas normas para verificar los vehículos, un mayor control sobre el transporte federal y el público concesionado, la vigilancia extrema sobre los verificentros. Pero falta todavía lo fundamental: los programas para disponer de un transporte público moderno y cómodo y para garantizar el crecimiento urbano sustentable en la cuenca de México.