Quito: bicieléctricas ahorran jadeos

n Quito, a 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar y con pendientes agotadoras, las bicicletas eléctricas ahorran jadeos a muchos usuarios, que pedalean sin esfuerzo en esta ciudad latinoamericana pionera en ofrecerlas en su sistema de transporte público.
“La eléctrica es mucho más fácil. A veces tengo que ir de traje, con ropa más formal y uno prácticamente no se agita, sólo da el impulso a la bicicleta y el motor se encarga de lo demás”, comenta David Álvarez, un empleado del sector privado, de 28 años.
En una congestionada estación de BiciQuito, David pide “lo de siempre”: una bicieléctrica, que se diferencia de las convencionales por su color naranja y por el motor que sobresale del armazón.
Con 25 estaciones en el centro y norte de la ciudad, donde se concentran bancos, oficinas y universidades, BiciQuito funciona desde agosto de 2012. Desde el pasado abril, incluye las bicicletas eléctricas.
A diario, en el sistema municipal circulan 700 bicicletas estándar y unas 150 eléctricas. “Quito es una ciudad pionera en Latinoamérica con un sistema público de bicicletas eléctricas”, aseguró Daniel Merchán, encargado del área de transporte no motorizado de la Secretaría de Movilidad de la ciudad.
En Latinoamérica, donde las ciudades enfrentan el desafío de garantizar eficiencia y seguridad en el transporte público, al tiempo que buscan disminuir la congestión vehicular, los accidentes y la contaminación del aire, la bicicleta ha pasado a ser una alternativa de creciente aceptación.
“Bogotá, Ciudad de México, Río de Janeiro, Rosario y Santiago, son algunas de las ciudades pioneras en la implementación y fortalecimiento del uso de la bicicleta”, destacó el Banco Interamericano de Desarrollo en un informe de 2015.
Afp