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Economía Moral

Acta Sociológica presentará múltiples visiones de la pobreza en México/ V

Yanes, de las transferencias monetarias condicionadas al ingreso ciudadano

L

os programas de transferencias monetarias condicionadas y focalizadas (PTMCF), como el Prospera, PP (antes Oportunidades/Progresa) han sido cuestionados desde sus inicios. Amartya Sen señaló algunos problemas de la focalización, entre ellos la manipulación de información por aquellos que no se ajustan al criterio específico de selección del programa; la distorsión de los incentivos, al desestimular la búsqueda de mayores ingresos a fin de no perder el subsidio; la descalificación, el estigma y la discriminación. (The Political Economy of Targeting, en Public Spending and the Poor, Banco Mundial, 1995, Washington)

Los cuestionamientos al alcance real de este tipo de programas han ido en aumento a nivel internacional en los últimos años. En México desde hace varios años se cuenta con evidencia que muestra el fracaso del PP. Como lo señalé en una pasada colaboración (8/10/10), la evaluación realizada a 10 años del inicio del PP mostraba ya que el objetivo básico del programa “romper la transmisión intergeneracional de la pobreza” no se había cumplido, ya que al evaluar la inserción laboral y los ingresos de los ‘egresados’ del programa, Rodríguez y Freije señalaban:

Los jóvenes encuestados en localidades beneficiarias del Oportunidades se encuentran en una posición menos favorable que sus similares en zonas rurales en general, [además] en términos de mejora [intergeneracional] de hijos respecto de los padres, no se encuentra que haya algún efecto importante del Oportunidades en términos salariales, de estar en trabajos formales o de ocupaciones mejor calificadas. (A diez años de intervención. Evaluación externa del Programa Oportunidades 2008, Síntesis Ejecutiva, Sedeso, 2008 p. 20)

Pablo Yanes (PY), en artículo de próxima publicación en Acta Sociológica, amplía la crítica al poner en duda no sólo el supuesto básico sobre el que se sustentó el diseño de los PTMCF, es decir, que la pobreza se puede superar mediante la inversión en capital humano (educación, salud y alimentación), sino que enmarca este fracaso en un proceso global de la falta de empleo producto de las transformaciones tecnológicas en el mundo del trabajo del sistema capitalista.

Yanes señala que La teoría del capital humano conlleva, para cumplirse, el supuesto subyacente de que la economía siempre generará empleos suficientes con ingresos adecuados, lo cual a todas luces no sucede en la actualidad. Además de presentar una valiosa crítica al concepto de capital humano, agrega que los PTMCF suponen implícitamente que los pobres extremos no saben lo que es bueno para ellos y para sus hijos, por lo cual se imponen las condicionalidades, que en teoría asegurarán que se realice la inversión en capital humano. No obstante, lo más que han logrado los programas, continúa el autor, es cerrar las brechas entre los pobres extremos y el resto de los pobres, mientras que pocos logran superar esta condición y, cuando lo hacen, están en alto riesgo de recaer en la pobreza. Algo muy relevante que muestra la nueva evidencia presentada por Yanes, es que cada día se hace más evidente que los logros de los pobres extremos no se dan por las condicionalidades, sino por contar con más ingreso derivado de las transferencias monetarias, lo cual pone en duda la efectividad de las condicionalidades y, por tanto, del carácter punitivo de los PTMCF.

El fracaso del PP en México es evidente. Como plantea Yanes los datos muestran que a 20 años del inicio del programa las mejoras en escolaridad, salud y alimentación no se han traducido en mejoras en los ingresos de los hogares en actividades económicas, por lo que la teoría del capital humano parece rechazada por los hechos. Cita datos del Coneval y del Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP) y en ambos casos, entre 1992 y 2014, la pobreza no sólo no ha disminuido, sino que incluso ha aumentado en las zonas urbanas mayores de 100 mil habitantes.

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Portada de un nuevo libro sobre el ingreso ciudadano universal

Más allá del bajo crecimiento económico en México, que podría explicar en parte la falta de inserción laboral o mejores salarios para los egresados del PP, Yanes enmarca el fracaso de los PTMCF en un proceso de profundas transformaciones en el mundo del trabajo en el sistema capitalista. Citando a la Cepal, Yanes pone de relieve que la inserción laboral no se ha logrado en los 15 países de América Latina que han aplicado mecanismos para este fin dirigidos a los jóvenes y adultos en edad de trabajar que participan en los programas de transferencias condicionadas. Hay que recordar que el componente de inserción laboral fue agregado al PP desde 2014, sin resultados positivos a la fecha.

Ante las limitaciones objetivas de los PMTCF para superar la pobreza y la crisis mundial del empleo, Yanes, citando de nuevo a la Cepal, introduce la discusión sobre la necesidad de contar con un ingreso ciudadano universal (ICU). El organismo ha señalado que:

Hoy los actores públicos y privados comprenden mejor la importancia de contar con un ingreso mínimo ciudadano que otorgue estabilidad social ante una inevitable transición hacia la robótica, con sus fuertes impactos negativos sobre el empleo.

La idea de garantizar a todas las personas un ingreso al margen de su condición laboral, sexo, edad, raza, y sin ningún tipo de condicionalidad, ha sido promovida desde el siglo XVII por pensadores como Thomas Paine, ante la constatación de la incapacidad del mercado laboral de proveer un empleo para todos y en todo momento, situación que se agudiza actualmente con la automatización. Yanes va más allá de la idea de garantizar un ingreso ciudadano ante la falta de empleo y la ineficacia de los PMTCF: propone que el ICU se reconozca como un derecho humano, que en palabras de Raventós constituye el derecho a la existencia. Se plantea así una salida ante el escenario de un claro proceso estructural de sustitución de mano de obra por robots.

Yanes señala también que para el caso de México es relevante que el Coneval, encargado de evaluar la política social, haya incluido ya la ICU como una alternativa futura frente a las limitaciones que este mismo organismo identifica de los PMTCF. No obstante, el autor concibe al ICU no sólo como una estrategia para evitar los errores de exclusión de los programas focalizados (como lo hace el Coneval), sino como un importante emancipador e instrumento de construcción y desarrollo de la ciudadanía de todas las personas y no sólo de las pobres. Yanes plantea dos elementos esenciales que deben caracterizar al ICU: no debe ser sustituto de la política social y tiene que establecerse a nivel óptimo, no mínimo, a fin de cumplir con la premisa de ser un derecho humano, de acuerdo con el artículo primero de la Constitución. Las estrategias para establecer dicho nivel y la forma cómo puede financiarse son explicadas en el artículo de Pablo Yanes que se incluirá en el número de Acta Sociológica que he venido reseñando en las últimas semanas.

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