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México SA

Dólar pega a inflación

Precios en ruta alcista

Magro avance en 2016

U

na vez más la realidad rebasó, y por mucho, a la complaciente perspectiva de la famiglia financiera del sector público, la cual se ha visto en la penosa necesidad de reconsiderar sus triunfales pronósticos en torno a lo pasajero de la volatilidad, las presuntas bondades de la devaluación del peso y su nulo efecto en la inflación.

Así es. En los hechos, todo indica que la volatilidad pasajera llegó para quedarse, que la devaluación de nuestra enclenque moneda no ha promovido las exportaciones, y que la fortaleza del dólar ya repercute en los bolsillos del grueso de los consumidores, en el entendido de que cada día se importa más y todo es tasado en billetes verdes.

A lo anterior se agrega un elemento planteado en la más reciente reunión de la junta de gobierno del Banco de México: se han deteriorado las perspectivas económicas para este año y acentuado los riesgos para el crecimiento, el cual, de por sí, es bastante limitado, y la cereza es el alza interna de tasas de interés.

Lo anterior fue planteado en la citada reunión, celebrada el último día del mes pasado, apenas unos días después del Brexit y del segundo recorte presupuestal, de tal suerte que dos semanas después las condiciones económicas tal vez afinarían el análisis de los integrantes de la junta de gobierno del Banco de México, pero para resultados más duros aún.

En fin, de lo sucedido en dicha cumbre da cuenta la minuta respectiva, de la que se toman los siguientes elementos: la inflación de mercancías generales también se encuentra en alrededor de 4 por ciento y muestra tendencia al alza y, dado el comportamiento del tipo de cambio, esta tendencia probablemente no se revierta en los siguientes meses. La inflación de servicios, con excepción del componente de telecomunicaciones, está creciendo de manera importante.

La mayoría (de los miembros) concordó en que la evolución reciente del peso también pudiera estar reflejando ciertas preocupaciones en torno a los fundamentos económicos de México. Al respecto, algunos miembros mencionaron las preocupaciones en torno al déficit de la cuenta corriente y la solidez de las finanzas públicas.

Todos alertaron que existe la posibilidad de que la depreciación de la moneda nacional exacerbe la tendencia creciente de la inflación subyacente y afecte la trayectoria de la no subyacente, a lo que la mayoría puntualizó que esto podría darse a través de los precios de los energéticos. Un miembro argumentó que, a raíz de la decisión del Reino Unido, la posibilidad de un mayor impacto del tipo de cambio en la inflación ha aumentado.

La cotización de la moneda nacional sufrió una depreciación significativa, en un entorno de elevada volatilidad en los mercados financieros internacionales. Asimismo, la mayoría concordó en que las tasas de interés internas a todos los plazos mostraron incrementos.

Es poco probable que la incertidumbre en los mercados financieros internacionales a consecuencia del Brexit se disipe a corto plazo, por lo que el tipo de cambio podría registrar niveles por encima de lo esperado hasta hace poco, además de una mayor volatilidad. En este contexto, las expectativas de los analistas para la paridad peso-dólar para el cierre de este año se han ajustado al alza.

La mayoría de los miembros de la junta de gobierno coincidió en que el Banco de México, al conducir la política monetaria, enfrenta un entorno muy complejo. Señaló que si bien la información disponible continúa sugiriendo un escenario central para la inflación para corto y mediano plazos congruente con la meta permanente de 3 por ciento, las condiciones externas se han deteriorado de manera importante, situación que puede afectar adversamente el comportamiento futuro de la inflación.

En lo que respecta al mercado cambiario, desde la última decisión de política monetaria a la fecha, el tipo de cambio se depreció 11.4 por ciento frente al dólar. Dicha depreciación obedeció en gran medida a la mayor aversión al riesgo que prevaleció en los mercados financieros internacionales, lo cual provocó que muchos inversionistas institucionales con exposición a riesgo cambiario en pesos cubrieran parte de este. De igual forma, nuevamente se observó que la divisa nacional fue utilizada como vehículo de cobertura de posiciones en otros activos de países emergentes. Finalmente, la incertidumbre en torno al proceso electoral de Estados Unidos también contribuyó a dicha depreciación. Cabe resaltar que durante gran parte del periodo de análisis las condiciones de operación en este mercado se mantuvieron adecuadas, observándose sin embargo un deterioro temporal luego de que se diera a conocer el resultado del referéndum del Reino Unido.

Se prevé que en los siguientes meses de 2016 la inflación general anual se mantenga en niveles cercanos a 3 por ciento, ubicándose transitoriamente por arriba de dicha cifra en los últimos meses del año. Lo anterior considera la recuperación de los precios del petróleo observados recientemente, con el consecuente aumento en las referencias internacionales de las gasolinas y la depreciación del tipo de cambio, lo que en conjunto implicaría precios internos más elevados de este combustible.

Las previsiones anteriores están sujetas a riesgos, entre los que se encuentran los siguientes: al alza, que la depreciación de la moneda nacional agudice la tendencia creciente de la inflación subyacente, afectando los precios de un conjunto más amplio de bienes; a la baja, que como resultado de las reformas estructurales se presenten disminuciones adicionales en los precios de algunos insumos de uso generalizado, tales como los servicios de telecomunicación y los energéticos. Que la cotización de la moneda nacional revierta parte de la depreciación que acumuló en los meses previos. Finalmente, un ritmo de crecimiento de la actividad económica menor al esperado, que limitaría presiones inflacionarias por el lado de la demanda agregada.

La depreciación observada del tipo de cambio no ha impulsado la producción manufacturera ni las exportaciones como se esperaba. En este contexto, la mayoría de los miembros indicó que prevalecen condiciones de relativa holgura en la economía. En particular, uno de ellos destacó la ausencia de presiones de demanda en el mercado laboral. Uno de los integrantes consideró que se han deteriorado las perspectivas económicas para este año, mientras otro mencionó que es de esperarse un crecimiento económico moderado.

Las rebanadas del pastel

Si hubiera prevalecido la inteligencia y no la arrogancia del niño ñoño Nuño, cuántos problemas se hubiera ahorrado el país. Pero fue al revés, y allí está el resultado.

Twitter: @cafevega