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Ciudad Perdida

El proyecto de constitución

Más aportaciones al texto

Persisten algunos escollos

L

a constitución política de la Ciudad de México sufre ya, de entrada, según nos cuentan, el muy noble ataque de quienes han mandado sus propios textos, fuera del que casi culmina o tal vez ya tenga listo el grupo redactor que nombró el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa.

Hasta donde se nos ha dicho, el senador Alejandro Encinas, e incluso el ex jefe de Gobierno Cuauhtémoc Cárdenas, hicieron llegar sus propuestas a la Consejería Jurídica del gobierno de la ciudad. Pero no nada más ellos; también el partido Morena ha redactado un texto, eso nos informaron, con el que se hará presente en la construcción de las normas legales que regirán en la ciudad, aunque este último seguirá un cauce diferente a los otros.

Estamos seguros de que esos textos deberán tener, u observar, gran cantidad de puntos de convergencia, lo que podría servir como el alma de la constitución, o como la gran línea a seguir para evitar desvíos que pudieran ocasionar que la gente que votó se sienta defraudada.

El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha pedido, además, a los abogados de la ciudad que se involucren en este proyecto, el de la constitución, aunque parecería que ya no hay espacios de tiempo sino para realizar la redacción, en la que los abogados tienen mucha experiencia.

Por lo pronto, se nos ha dicho que existen por ahí un ciento de artículos que forman el texto que propondrá el grupo llamado redactor, pero esto no quiere decir, de ninguna manera, que serán aprobados por el pleno de la Asamblea Constituyente. Por el contrario, hay costumbres que por arraigadas no hay que tocar.

Pero lo más importante será entender, descifrar con tino lo que la ciudad dice por todos lados y no caer en desviaciones. Se entiende que las libertades de las que hasta hoy gozan los habitantes de la ciudad, por ejemplo, serán intocables. Todas esas libertades, desde el derecho que se tiene a la protesta callejera hasta la libre decisión de las mujeres sobre su cuerpo, no deben cambiar, sobre todo si se piensa que son las que motivan buena parte de los votos para los partidos de izquierda.

Pero se debe avanzar. Sabemos de buena fuente que uno de los atorones, tal vez el más difícil de sortear, tiene que ver con el uso de suelo. El tema ha desatado una serie de discusiones que no han arribado a acuerdos que permitan crear una ley que deje contentos a todos los involucrados, pero el mandato de la gente en la ciudad es más que claro: hay que frenar los abusos de las inmobiliarias; hay que frenar la especulación sobre la tierra.

Y este parece ser el mejor ejemplo que se pudiera dar para ilustrar las muy largas horas de trabajo que se habrán de utilizar para llegar a acuerdos en un problema que entrecruzan una serie de intereses que rechazan cualquier tipo de norma que pudiera obligarlos a cumplir, por ejemplo, con los contratos que hacen con quienes compran sus departamentos, en el caso de los condominios.

Total, hoy lo que queda es esperar que lo que se entregue a la Asamblea Constituyente no sea un galimatías imposible de descifrar en los cuatro meses y pico que tendrán los diputados electos a esa asamblea. Vamos a ver.

De pasadita

Bien, después de haber escuchado una serie de programas de noticias la mañana de ayer, nos quedó una duda: ¿será que los acuerdos entre el gobierno y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación les molestan tanto? ¿Será que no soportan que el país puede entrar en espacios políticos de paz? Si no es así, ¿por qué culpar, sin más pruebas, a los mentores hasta de asesinos y al gobierno de incompetente?