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La colección Añoranzas se inspira en lo positivo: la luz y el brillo, dice

El diseñador Antonio Ortega lleva a París moda inspirada en la muerte
 
Periódico La Jornada
Jueves 7 de julio de 2016, p. a11

París.

El diseñador mexicano Antonio Ortega, el único de América Latina que desfiló esta temporada en la Semana de la Moda de París, sumó su voz a la defensa de la alta costura como expresión de excelencia artesanal.

Ortega presentó la colección otoño-invierno Añoranzas al margen del programa oficial, inspirada en varias culturas que rinden culto a la memoria de los muertos, particularmente México, pero también India, Rusia y China. La idea me vino, por supuesto, por influencia de la cultura mexicana, explicó en entrevista. Pero quería evitar mostrarla en una forma estereotipada, como a veces la ve la gente que visita México y parte con una imagen que no es clara.

En el Día de Muertos, explica, las personas van a orar y a mostrar respeto por la gente que se fue y piensan en ellos de una manera que no es triste. La celebración permite juntar a los queridos que ya se fueron con los que han muerto hace mucho tiempo. Quería mostrar el aspecto positivo y luminoso de este día y no algo obscuro y triste, o tétrico: al contrario, es luz, brillo y seguir hacia adelante.

En la colección de una treintena de modelos, eso se tradujo en bordados, en tonos verdes y violetas, con presencia de dorado, que en muchas culturas tradicionales es el color que se ofrecía a la gente que partía al más allá.

Esa riqueza la quise proyectar en las texturas, explicó. Hay encaje y efectos de transparencias. Algunos modelos apelan a técnicas artesanales de origen mexicano, como el deshilado y el bordado prehispánico, o europeas, como un bordado con lentejuelas que se llama Lunéville, la ciudad del noreste de Francia donde se creó.

Una pasión y una fuerza

A la hora de definir su esencia, Antonio Ortega, cuyo estudio de creación está en Montreal, dice que consiste en “ser un artesano, apreciar el savoir-faire, el saber hacer, bien hecho”.

Por esa razón, las corrientes de fast fashion que buscan rentabilizar al máximo la producción –a veces a expensas de la creatividad, generando un ritmo comercial que a muchos creadores les cuesta seguir– le tienen sin cuidado.

Corrientes vienen y corrientes van, dice sonriente. Es como pensar que un pintor va a dejar de pintar o un escritor de escribir.

Para mí es una pasión, una fuerza, y eso pone una barrera contra todo aquello que llega a contaminar, por decirlo de alguna manera. Esa barrera me permite seguir avanzando con lo que yo quiero, porque es mi ADN y la fuerza que tengo desde que era niño, dice el creador nacido en Morelia, benjamín de una familia de 15 hermanos.

Su colección, a pesar del tema que escogió, está lejos de ser triste y busca ser llamativa con el color muy presente.

Yo estoy más bien en el lado positivo, en esta colección otoño invierno es lo que quise demostrar. La manera de vestirnos refleja nuestra personalidad. Por eso las flores que puse aquí y allá, nos hacen pensar inmediatamente en algo de vida optimista, aunque sea un simple detalle.