Sociedad y Justicia
Ver día anteriorLunes 4 de julio de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

La consecuencia: se desvaloriza la voz de las mujeres

Asociar el chisme a lo femenino, un estereotipo más, aseveran investigadoras
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de julio de 2016, p. 34

¡Pareces vieja chismosa!, expresión común que suelen lanzar a los hombres que han propagado información falsa.

Aunque es una práctica social que casi todos realizan, el chisme se asocia como rasgo femenino, algo casi natural en ellas. Sin embargo, se trata de un estereotipo más, y no es que las mujeres no lo acostumbren, sino que ellos también lo hacen.

Delia de Dios Vallejo y María de los Ángeles Olavarrieta Marenco, académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Veracruzana, respectivamente, señalaron lo anterior en entrevistas por separado. Explicaron que el chisme es una forma de comunicación, no siempre muy amigable, que se desarrolla para evaluar una serie de sucesos.

Creer que cuando los varones se reúnen entablan un diálogo verdadero y cuando las mujeres lo hacen más bien rumoran sobre alguien ausente o hablan sobre asuntos banales es una forma más de desvalorizar nuestra voz, apuntó Olavarrieta Marenco. Generalmente somos catalogadas como las chismosas, aunque ellos también lo sean, aseguró.

El chisme está ligado a valores emocionales, poco racionales e inteligentes, a información poco sustentada, y precisamente esos son atributos que todavía en muchos círculos se siguen achacando a las mujeres, agregó. Es un concepto que venimos arrastrando desde hace siglos.

Tiene que ver con lo que se considera que debe ser un hombre y cómo es una mujer, subrayó. La definición del chisme, entonces, está más asociada a ellas. La consecuencia negativa de esto es que nuestra palabra no sea tomada en cuenta, que se minimice a un simple chismorreo.

Hace algunos años era difícil que las mujeres pudieran expresar sus ideas en público, así que recurrían a la comunicación entre dos y de manera discreta. Eso daba pie a algunos para pensar que estaban “comadreando, platicando sobre asuntos sin importancia”, indicó la académica Delia de Dios.

Para la socióloga María de los Ángeles Olavarrieta el chisme es también una disfunción comunicativa que no se emite directamente a quien debiera llegar al mensaje. Sin embargo, también posee una parte lúdica y divertida, reconoció. Así que ella más bien aboga por reivindicarlo, pues es relajante. Se produce un ambiente relajado y en ese sentido es delicioso.