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Bajo la lupa

El yihadista estadunidense de Orlando, empleado de la trasnacional paramilitar británica

G

4S, mayor empresa de seguridad del mundo y bizarra firma paramilitar trasnacional británica, destaca por sus poco conocidas operaciones en 125 países, entre ellos el “México neoliberal itamita”, con 618 mil empleados sui géneris, como el yihadista estadunidense Omar Saddiqui Mateen.

G4S encabeza la privatización de la seguridad global y es el tercer empleador privado del mundo detrás de la explotadora Walmart y Foxconn.

Es curioso que se sepa muy poco de la trasnacional paramilitar privada G4S que controla nuestras vidas, que carga con estruendosos escándalos (http://goo.gl/fvl2tl). Su comedia de errores es infinita, desde el pésimo cuidado de las cárceles en Gran Bretaña hasta los Juegos Olímpicos de Londres, donde no pudieron cumplir con la cuota de 13 mil vigilantes, por lo que el gobierno llamó a miles de soldados y policías en su lugar.

¡Qué parecido existe entre la siniestra paramilitar G4S y la fu­nesta Blackwater, empresa privada (sic) militar de EU en Iraq, que tuvo que trasmutar su nombre al de Xe Services y luego al de Academi, después de su barbarie ocupacional!

¿Se trata de una nueva modalidad de ocupación/intervención paramilitar de los países vasallos al outsourcing (deslocalización) de la seguridad, donde brilla intensamente la tripleta israelí-anglosajona y su panoplia ­ciberbélica?

Hoy las invasiones son multidimensionales, más que únicamente con ejércitos, donde juegan un papel decisivo las guerras geofinancieras de los banksters israelí-anglosajones y sus empresas paramilitares de seguridad con sus bélicos ­empleados.

De no ser por la deleznable carnicería en Orlando perpetrada por el presunto yihadista estadunidense Omar Saddiqui Mateen –exhibicionista de playeras de la policía de Nueva York y empleado desde 2007 de la siniestra G4S (http://goo.gl/qjiLXn)–, es probable que la tan desinformada opinión pública nunca se hubiera enterado de la existencia de la trasnacional paramilitar y multifuncional británica.

Pregunta tonta: ¿por qué nadie investiga a G4S en EU, ya no se diga en el “México neoliberal itamita”?

La privada paramilitar G4S pre­gona sus labores multifuncionales: Servicios de personal de seguridad, servicios de manejo de efectivo, servicios de justicia, vigilancia de espec­táculos masivos y externalización de procesos de negocios (sic) relacionados con la seguridad y sus riesgos cuando protege los principales aeropuertos del mundo (120) y puertos (70 países), además de que maneja cárceles y correccionales, provee logística y transporte de bancos (sic), realiza vigilancia electrónica, dispone de minas (¡supersic!) terrestres y artefactos explosivos militares y da entrenamiento en seguridad”.

Más bien G4S parece una trasnacional paramilitar en el limbo entre lo privado y lo público, donde oculta el número de sus empleados ex militares en el mundo turbio del contratismo de la seguridad local/regional/global que abarca a los impresentables “guaruras (body guards)” para todo tipo de servicios cuando 27 por ciento de sus ingresos globales provienen de contratos con los gobiernos.

¿Qué tipo de contratos tuvo y tiene G4S con el fallido “México neoliberal itamita”? ¿Lo sabrán sus ignaros congresistas? ¿Chi lo sa?

No cuadran sus magros ingresos netos, unos raquíticos 26 millones de dólares, con sus alcances globales y su espectacular número de empleados.

Su división en Estados Unidos (EU) se ha cansado de hacer trampas en sus ejercicios antiterroristas, por lo que ha sido expulsado y sustituido en 10 principales sitios nucleares (sic) tras el 11-S.

A mi juicio, muchas fallas de G4S sirven para sembrar el terror deliberado con propósitos extra-curriculares.

Según el feroz investigador Way­ne Madsen, “Sitora Yusufiy, ex mujer del tirador del bar Pulse, Omar Mateen, confesó que había sido instruida por los agentes de la FBI de no decir a los medios que su ex marido era gay (http://goo.gl/z9u0Au)”, lo cual ya había sido referido por Bajo la Lupa.

Wayne Madsen exhuma los es­trechos vínculos de G4S con el sector judicial (sic) de EU cuando operaba como Wacken­hut, empresa que arrancó con el ex agente de la FBI (sic) George Wackenhut Sr, en representación del director de la FBI Edgar Hoover. ¿Es la filial G4S en EU una cobertura de la FBI?

Se ha cocinado una extraña mezcla de yihadista/gay/neoyorquino del terrorista Omar Mateen cuando resulta que su padre, candidato a la presidencia en Afganistán, forma parte de la red pro talibán de los propagandistas afganos/paquistaníes que usan las redes de televisión y radio financiadas por Broadcasting Board of Governors (BBG), influida por la CIA.

¿Entonces, los consagrados comentaristas de radio y televisión en Estados Unidos son palomeados por la CIA/FBI/Mossad para desinformar a su audiencia ignara? Ahora queda claro por qué ya no me invitan en fechas recientes. Jajaja.

Se ha gestado una clásica colisión bipolar entre la FBI, consagrada a asuntos domésticos, y la trasnacionalidad de la CIA, cuyo director es John Brennan, anterior jefe de la estación en Arabia Saudita y quien testificó ante el Congre­so que no existía evidencia de una conexión entre Omar Mateen y los yihadistas del califato islámico, según Madsen.

G4S operó antes como Group 4 Securicor, y su sede se encuentra en Crawley (Sussex). Su presidente es el británico John Connolly y su director ejecutivo es el anglosudafricano Ashley Almanza, cuya operatividad es perturbadora: hace 23 años fue director financiero (sic) en el área de exploración y producción de British Gas (¡supersic!) y luego director financiero de BG Group con ingreso neto de mil 44 millones de dólares con solamente 5 mil 200 empleados (http://goo.gl/cpaUxJ).

En forma extraña, Almanza es director simultáneo (sic) de Schroders –trasnacional británica de manejo de capitales financieros en 28 países– y Noble Corporation, contratista de perforación off shore.

¿Qué tienen que ver juntos seguridad de G4S con manejo de activos financieros de Schroders y exploración petrolera de Noble Corporation en las aguas muy profundas de la geopolítica y el outsourcing de la seguridad?

La estructura operativa de G4S, nominada por la ONG Public Eye Award como una de las peores compañías del mundo, se divide en dos rubros: 1) Secure Solution: consulta de riesgo, manejo de seguridad y sistemas de seguridad, y 2) Cash Solutions: outsourcing del ciclo del manejo de liquidez para bancos, instituciones financieras y menudeo: 18 por ciento (sic) de su rotación.

G4S ha sido acusada de usar como mano de obra barata a los detenidos inmigrantes en las cárceles (https://goo.gl/Sxkzhg). ¿G4S explotará también a los migrantes mexicanos detenidos en las cárceles que maneja?

A lo que ha llevado la perniciosa privatización paramilitar de la seguridad pública y su outsourcing, que forma parte intrínseca del neoliberalismo global israelí-anglosajón y que no pocas veces es manipulado por las agencias de espionaje (FBI, CIA, Mossad, etcétera) y sus macabros juegos electoralistas y hasta geopolíticos cuando ahora las elecciones en el Atlántico Norte se están decidiendo con la siembra de atentados y la difusión deliberada del miedo ulterior.

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