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Miles de dolientes lo despidieron durante su paso y le gritaban a El Más Grande

Muhammad Ali recorrió por última vez su ciudad natal

La leyenda boxística se atrevió a infundir a los afroestadunidenses un sentido de ser alguien: pastor Cosby

Mike Tyson, Lennox Lewis y Will Smith, entre los portadores del féretro

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Procesión del cortejo fúnebre del tres veces campeón de los pesos pesados por las calles de LouisvilleFoto Ap
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Momento en que los restos de Ali son llevados a la carrozaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de junio de 2016, p. a12

Louisville, Kentucky.

Muhammad Ali recorrió ayer por última vez su ciudad natal. Pasó frente a la pequeña casa rosa donde creció y el museo que lleva su nombre, mientras miles de dolientes a lo largo del camino elevaban sus puños y gritaban ¡Ali!, ¡Ali! al ex campeón mundial de boxeo conocido simplemente como El Más Grande.

Un coche llevó el ataúd rojo cereza de Ali, cubierto con un tapiz islámico, hasta el cementerio Cave Hill de Louisville, en una larga línea de limusinas negras tras un recorrido de 30 kilómetros a través del bulevard Muhammad Ali, que fue sombrío y exuberante a la vez.

Se levantó por él mismo y por nosotros, inclusive cuando no era popular, dijo Ashia Powell, esperando el paso de la carroza fúnebre en una barandilla debajo de una carretera interestatal.

Por la tarde se realizó una ceremonia privada a un lado de la tumba y fue seguida por un gran servicio conmemorativo en una arena deportiva llena de celebridades, atletas y políticos, incluidos el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, el comediante Billy Crystal, el senador Orrin Hatch, el director de cine Spike Lee, el ex astro de la NFL Jim Brown, Arnold Schwarzenegger, el ex futbolista David Beckham, Whoopi Goldberg y Kareem Abdul-Jabbar.

Cuando el servicio interreligioso se puso en marcha en el KFC Yum! Center, la multitud de más de 15 mil personas empezó a aplaudir y a gritar ¡Ali!, ¡Ali!, apenas el líder religioso musulmán daba la bienvenida a la audiencia a la casa del campeón del pueblo.

Soy negro y soy lindo

Kevin Cosby, pastor de una iglesia de Louisville, comparó al tres veces campeón de los pesados con personajes que rompieron las barreras raciales tales como Jesse Owens, Rosa Parks y Jackie Robinson.

“Antes de que James Brown dijera ‘soy negro y estoy orgulloso’, Muhammad Ali expresó: ‘Soy negro y soy lindo’. Negros y lindos era una contradicción, pero se atrevió a afirmar el poder y capacidad de los afroestadunidenses y les infundió un sentido de ser alguien”, señaló Cosby.

Ali, el atleta más seguido y controversial del siglo XX, murió el pasado viernes a los 74 años luego de una larga batalla con el mal de Parkinson.

El féretro fue llevado a la carroza fúnebre que esperaba afuera de la funeraria, mientras un grupo de los portadores, entre ellos los ex campeones de boxeo Mike Tyson y Lennox Lewis, así como al actor Will Smith –quien obtuvo una nominación al Óscar por interpretar el papel principal en la película Ali–, esperaba en línea junto a los nueve hijos del ex peleador, su actual viuda, dos de sus ex esposas y otros miembros de la familia.

Mientras la larga fila de limusinas pasaba rumbo al cementerio, los aficionados gritaban como espectadores de alguna de sus peleas, paraban los autos, sostenían teléfonos y carteles, corrían al lado del cortejo fúnebre y se acercaban a tocarlo.

Se lanzaron tantas flores al parabrisas que el conductor tuvo que retirar algunas para ver el camino. Otros se quedaron en silencio y observaban con reverencia el paso del monarca.

Fue una leyenda para esta ciudad y un ejemplo para la gente. Estoy feliz de ser parte de esta historia, de decirle adiós, dijo Takeisha Benedict, quien vestía una playera naranja con el mensaje Soy Ali. Estamos muy agradecidos por la apertura y permitirnos ser parte de esto, añadió.

Hace una década Ali eligió el cementerio, que está en el Registro Nacional de Lugares Históricos, como su lugar de descanso final. Las 130 mil tumbas que están ahí representan quién es quién de Kentucky, incluido el coronel Harland Sanders, fundador de Kentucky Fried Chicken.

El portavoz de la familia, Bob Gunnell, dijo que la lápida sencilla estará en consonancia con la tradición islámica.

Un servicio fúnebre tradicional musulmán se llevó a cabo el pasado jueves, con un estimado de 6 mil admiradores que llegaron de todas partes del mundo para presentar sus respetos.

Su viuda Lonnie, Clinton y líderes de varias religiones hablaron del hombre que pasó de ganar el oro olímpico en 1960 a ser tres veces campeón del mundo de peso pesado.

Si a Muhammad no le gustaban las reglas, las rescribía. Su religión, su nombre, sus creencias lo eran todo para él, sin importar el costo, dijo Lonnie.

Clinton se refirió a Ali como un soldado universal de la humanidad, mientras Crystal le puso un tono más desacartonado al homenaje con una rutina en la que imitó al ex pugilista: Una vez cada mil años uno tiene la posibilidad de escuchar a Mozart, ver a Picasso o leer a Shakespeare. Ali era uno de ellos. Se ha ido, pero nunca morirá.

El propio Ali decidió hace años que su funeral estaría abierto a los aficionados ordinarios, no sólo los VIP. Como resultado, miles de boletos gratuitos estuvieron disponibles y se agotaron en menos de una hora.

Louisville está acostumbrado a ser el foco de atención cada mayo durante el Derbi de Kentucky. Pero la muerte de la leyenda boxística y embajador internacional de la justicia social representó uno de los actos históricos de la ciudad.

Todos temíamos el fallecimiento del campeón, pero al mismo tiempo sabíamos que llegaría. Fue egoísta de nuestra parte pensar que podríamos tenerlo para siempre. Nuestra labor ahora, como ciudad, es despedirlo con la clase, dignidad y respeto que merece, dijo el alcalde Greg Fischer.

El presidente estadunidense Barack Obama no pudo hacer el viaje debido a la graduación de la secundaria de su hija Malia. En su lugar, Valerie Jarrett, asesora senior de la Casa Blanca, planeaba leer una carta del mandatario en el servicio.

Tyson fue sumado a los portadores del féretro de último momento. Gunnell indicó que el ex campeón estaba molesto por la muerte de Ali y no era seguro que fuera al servicio fúnebre, pero al final tomó un vuelo nocturno para ser parte de la ceremonia.