En represalia por la demanda de titularidad del contrato colectivo de trabajo de la mina El Boleo, que el sindicato nacional de mineros presentó el pasado 25 de abril ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), la empresa, de capital coreano, despidió a más de 130 obreros; dio de baja en el Seguro Social a otros tantos y ha llevado actos de agresión e intimidación contra el grueso de la planta laboral.

El gremio, que encabeza Napoleón Gómez Urrutia, denunció lo anterior y señaló que presentó una solicitud al embajador de la República de Corea en México, Chun Bee-ho, para que intervenga en el conflicto, a fin de que la empresa cese los despidos y agresiones, restablezca los derechos humanos de los mineros e inicie un diálogo entre las partes.

Expuso que la solicitud ante Conciliación y Arbitraje se presentó con la firma de 605 de los 800 trabajadores de esa planta, quienes desean abandonar el sindicato patronal –el Nacional de Trabajadores de la Exploración, Explotación y Beneficio de Minas–, que no los ha defendido, y recurrieron al nacional de mineros.

En su lugar de trabajo, en Baja California Sur, según detalló esta organización, se presentan múltiples violaciones laborales y existen condiciones de inseguridad; producto de ello son constantes los derrumbes en la mina, además de que la empresa no registra ante el Seguro Social los accidentes que sufren los obreros, para evadir su responsabilidad.

Otra irregularidad es que todos los días los empleados de confianza usan la amenaza del despido contra los obreros que, dicen ellos, no sean productivos o no se porten bien, según las reglas de la empresa. Mientras, en cinco años no ha habido una inspección de autoridades de la Secretaría del Trabajo a esta empresa –que legalmente se denomina Servicios y Desarrollos Meseta Central–, y cuando despide trabajadores, los obliga a que firmen su renuncia o los mantiene retenidos, indicó este gremio.

A la fecha, la compañía se ha negado a la conciliación y al diálogo. En cambio, representantes de los trabajadores y del sindicato fueron recibidos en la embajada de Corea el 18 de mayo pasado.

Lo anterior, en razón de que la empresa es de capital público y privado.

Demandaron la intervención de esa representación diplomática para resolver el conflicto, pues hasta el momento, dijeron, sólo ha habido provocaciones por parte de los directivos de la firma, quienes incluso quisieron orillar a los trabajadores a una riña para justificar la intervención de fuerzas públicas contra éstos.