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El plantel, dirigido por Guillermo Briseño, garantiza los derechos culturales: Vázquez Martín

La Escuela de Música del Rock a la Palabra celebra su décimo aniversario

Se organizarán actividades lo que resta del año

El programa comenzará el 24 de julio

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Guillermo Briseño (tercero de izquierda a derecha), el secretario de Cultura de la Ciudad de México y Miriam Ruiz, directora académica del Centro Cultural Ollin YoliztliFoto Milton Martínez/Secretaría de Cultura CDMX
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de mayo de 2016, p. 6

Planteles como la Escuela de Música del Rock a la Palabra (EMRP) fomentan y garantizan los derechos culturales, afirmó ayer Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura de la Ciudad de México, en conferencia de prensa realizada el pasado jueves, en la cual se informó sobre las actividades para celebrar el décimo aniversario de la institución educativa, cuyo objetivo de enseñanza y difusión es el rock.

En una década han egresado cuatro generaciones de alumnos, lo cual es un decir, porque el ambiente de la escuela es un imán para que regresen, algunos como docentes, otros para ver a los amigos, para tocar, compartir y comparar lo que la práctica profesional otorga.

Se anunció que para el caso se organizará una serie de actividades durante lo que resta de 2016, que incluyen conciertos, exposiciones, presentaciones de libros y de discos, así como mesas de reflexión teórica sobre la enseñanza del rock en México.

El programa comenzará el 24 de julio a las 17 horas en el Jardín Hidalgo de Coyoacán.

Miriam Ruiz Pérez, directora académica del Centro Cultural Ollin Yoliztli, expuso que con la celebración del décimo aniversario de la escuela se reconoce la importancia del rock como manifestación cultural mundial.

Guilllermo Briseño, responsable de la EMRP, dijo que hace una década surgió la idea de crear esta escuela, pero brotaron los planteamientos sobre lo que se requería. El principal reto era el plan de estudios.

Briseño se refirió a algunos alumnos presentes, que a fuerza de estudio van armonizando y mejorando su técnica instrumental y la letra de las canciones, lo cual es una virtud, si se considera que en el medio comercial la gramática suele fallar y el fraseo musical distorsiona respecto de la lírica.

Aquí hay personas que representan el talento de la escuela. Algunos alumnos viajan tres horas para asistir. Esto ha cambiado, pues ahora hay transporte suburbano, por ejemplo.

Jorge Ritter, docente, dijo que hay que celebrar los logros, sobre todo haber creado un método para enseñar música. Cuando se cita la palabra rock se suscitan muchas controversias. Señaló que hay quienes se dicen seguidores de la música clásica y desprecian lo popular. De cada 15 aspirantes entra uno a la escuela. Cuando se abrió hubo una enorme cantidad de jóvenes que no tenían un lugar para el desarrollo de sus habilidades. Los clásicos les hacían el feo y en las escuelas privadas suelen enseñar otros géneros.

Pidió al secretario de Cultura de la Ciudad de México mayor apoyo para programar más presentaciones de los alumnos y egresados, ya que tenemos carencias de equipo y gente.

Tomó la palabra Eduardo Vázquez: Tenemos mucho que celebrar de esta escuela, experiencia única en la Ciudad de México, y profunda para la cultura de nuestro país. Quiero poner el acento en la apuesta por procesos de educación no formal, no escolarizado, pero con una vocación que tiene que ver con la alta calidad educativa, por la creación de comunidad, por la posibilidad de generar formas de acceso al conocimiento y de construcción de ciudadanos.

Modelos alternativos

“Pensemos en los 16 años de las Fábricas de Artes y Oficios, en los 10 años de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, en los seis de la Escuela de Mariachi, en la experiencia de la Casa de la Música Mexicana. Todo esto demuestra que existen otras formas (diferentes) de educación artística y cultural. Es posible formar otros trabajadores de la cultura, de músicos, de artistas plásticos... en fin.

Esto nos hace pensar en la posibilidad de ampliar estos caminos. Los tradicionales son importantísimos, la educación formal lo es y debemos tener más educación pública, gratuita, pero también tenemos que crear estos accesos diferentes, alternativos, a esa educación formal, porque son necesarios. Esta es una manera de garantizar los derechos culturales de la población que no tiene acceso a estos servicios.

Briseño abundó en que no hay suficientes espacios para que los egresados trabajen profesionalmente, pero hay que crearlos. Se trata de que los músicos egresados generen un espacio autogestivo.

Ritter dijo que los medios de comunicación manejan una idea falsa sobre lo que es el músico de rock, vendiendo una idea de glamur que no existe. “El rock ha tenido gran éxito comercial y ha dado estrellas, grupos y toda la parafernalia de la música comercial, modas, mainstream, etcétera, y los jóvenes de 16-17 años terminan con una enorme esperanza que los medios crean, que son falsos, pero el perfil de los egresados de la escuela no es de MTV.

Los jóvenes piensan que van a llegar a algo de modo fácil, con expectativas que no tienen que ver con la realidad. En la escuela se ha formado una especie de antídoto contra la superficialidad.

Por último, alumnos del plantel demostraron con canciones compuestas e interpretadas por ellos el nivel de lo que se puede lograr con mucho trabajo y estudio.

Mayor información sobre las actividades festivas de la escuela, en redes sociales y Twitter @CulturaCDMX.