Cultura
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Tres jóvenes autores intercambian opiniones

El mercado arrincona al género ensayístico
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de mayo de 2016, p. 5

¿Por qué hoy el ensayo literario no es del interés de las editoriales de la iniciativa privada, ni siquiera de los sellos de las instituciones del Estado? ¿Por qué un género que motiva la reflexión, la crítica, el pensamiento y la creatividad estética no es importante para una política pública, al menos en este país?, inquirió Marcos Daniel, desde un sillón azul.

Héctor tomó la palabra, mientras su café esperaba sobre la mesa, en una esquina de la colonia Condesa: Me siento incapaz de responder. Consumo ensayo, lo escribo y pienso que una de las más bellas maneras de acercarse a la literatura es ese género.

Un tercero, Luis, intervino en la conversación. El ensayo lo utilicé en un primer momento para explicarme unas lecturas, pero ahora trato de saltar a una etapa un poco irónica donde utilizo una tesis comúnmente aceptada para darle algunas.

Testigos del acontecer cultural

Antes, el moderador presentó a Marcos Daniel Aguilar, Luis Bugarini y Héctor Iván González en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, donde se convocó a tres jóvenes escritores para dialogar sobre el ensayo, su vigencia, multiplicidad y futuro, uno de los géneros más arrinconados por el mercado.

Tres animadores de la vena literaria, tres plumas desde diferentes medios que contribuyen a la crítica, testigos del acontecer cultural actual, se mencionó sobre los invitados en una noche calurosa, con amenaza de tormenta eléctrica que dejó un momento a oscuras el salón de la casona que abre sus puertas con el auspicio de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes.

¿Por qué el ensayo?, fue la cuestión primigenia. Por una necesidad personal de fijar por escrito lo que pienso durante mis lecturas, así como por una búsqueda de idear una poética propia, fue una de las conclusiones de Héctor Iván (1980), autor del libro de ensayos Menos constante que el tiempo (Bismos).

Relató que al pensar sobre el estado de ese género pudo llenar páginas con nombres de autores actuales. Además, recordó algunas antologías que lo marcaron, de Alfonso Reyes, José Vasconcelos, Julio Torri y otra preparada por Adolfo Bioy Casares.

La búsqueda es por un resquicio en el que esté a gusto, que tenga mucho que ver con la tertulia, donde tome un café con alguien y no le voy a dar la verdad universal ni la revelación espiritual y trascendental.

Marcos Daniel Aguilar (1982), comunicólogo de formación, quien publicó en 2015 La terquedad de la esperanza (UANL), opinó que con las leyes actuales del mercado se vende lo más sencillo de leer, las historias con un lenguaje más accesible.

Nacido en 1978, Luis Bugarini afirmó: Trato de jugar con la forma del ensayo.