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La muestra Museo de las relaciones rotas se presenta en Alemania

En una exposición itinerante, el amor que muere en silencio

A cambio del anonimato, el público comparte sus historias de ira, duelo, desesperación, incredulidad y vergüenza

Tiene aristas pedagógicas

 
Periódico La Jornada
Viernes 6 de mayo de 2016, p. 7

Colonia.

Al final, la mujer que atesoraba las pelusas que le había sacado a su ex novio del ombligo no quiso dárselas a Kai Kullen, el curador del Museo de las relaciones rotas (Museum of Broken Relationships), singular muestra que acaba de llegar a Alemania.

Las tenía guardadas en un frasquito. Como una reliquia, cuenta Kullen.

Otros, en cambio, se atrevieron. El museo –en realidad se trata de una muestra itinerante– reúne todo tipo de objetos cotidianos que cuentan historias de una relación acabada y de corazones rotos.

El proyecto es obra de los artistas croatas Olinka Vistica y Drazen Grubisic, quienes han juntado de esta forma miles de objetos. La exposición concluirá el 15 de mayo y se inscribe en un festival en la ciudad alemana de Colonia.

La colección de reliquias de romances fracasados se nutre de donaciones. Antes de inaugurar la muestra en cada ciudad, los artistas piden contribuciones al público local a cambio del anonimato.

Cada objeto debe estar acompañado por un par de frases a modo de explicación. No se puede comprobar si las historias son reales, pero el anonimato fue la única forma que encontraron los organizadores para echar un vistazo dentro de los corazones rotos.

Algunos objetos hablan por sí solos, como el vestido de novia chamuscado y metido en un frasco. O los restos en el rincón de los fetiches, como lo denomina Kullen. Ahí se encuentra, por ejemplo, un consolador que el novio regaló a la novia porque la pareja se había jurado no tener relaciones antes de la boda.

En otra esquina está una espada japonesa traída por una mujer de un viaje por Asia. El obsequiado se enteró de que los japoneses usan ese tipo de espada para suicidarse según el ritual del harakiri. Poco después, la relación se cortó.

Otros rescoldos de amor pasado son menos llamativos, como dos tazas con las asas rotas que acompañaron a una pareja hasta que él rompió por Skype durante una estancia en una universidad en el extranjero. “Había conocido a otra 10 años menor, au-pair y taaaan abierta al mundo”, comentó la abandonada.

Ira, desesperación, duelo, incredulidad, vergüenza, todo el que sufrió un desengaño amoroso en la vida se siente identificado en este museo. Algunas historias son raras y estridentes, otras hablan de un amor que muere en silencio.

La exhibición también tiene aristas pedagógicas, al perfilar ciertas pautas de conducta. Por ejemplo: que las estancias largas en el extranjero pueden ser un peligro para la pareja. O que los festejos de carnaval pueden jugar una mala pasada.

Angelika Jäkel expone lo que le dejó al museo: un cajón lleno de rosas, té y también cabello. Cuenta que juntaba eso para su novio.

Se conocieron en los carnavales de Colonia en 2001. Seis años más tarde se toparon de nuevo en el mismo lugar y creyeron que era una señal del destino.

Él vivía en París, pero la relación persistía a la distancia.

Después cometí el gran error de permitir que se mudara a mi apartamento. En un momento él decidió cortar por SMS. Y dejó el cajón con los recuerdos. No sabe que ahora están en un museo.