Sin modificaciones, a pesar de las peticiones de los partidos políticos para flexibilizarlos, el Instituto Nacional Electoral aprobó, de forma unánime, los lineamientos de acceso al padrón electoral, que restringen la entrega física de información de este instrumento a los partidos políticos y privilegiarán la opción de que la verificación permanente se realice por medio del centro de cómputo que ha adaptado el organismo.

A la unanimidad de los consejeros correspondió la oposición mayoritaria de los partidos, pues a excepción del Verde y Movimiento Ciudadano, que se pronunciaron a favor, el resto descalificó las restricciones impuestas al acceso al listado. Evocaron las elecciones de 1988 y advirtieron del riesgo de regresiones al padrón rasurado, sobre la fragilidad de la verificación y demandaron que, al menos, se les entregara la clave de elector.

La respuesta fue tajante del consejero Ciro Murayama: la clave de elector ya no se les va a entregar bajo ninguna circunstancia, ni de forma física (en los cuadernillos que se entregan para las casillas) ni de forma magnética (la entrega que se le hace al partido en vísperas de una elección federal). Sólo la consultarán en el centro de cómputo, pero sin extraer esa información. La clave de elector es la llave para acceder a sexo, edad, domicilio y CURP, entre otros datos personales).

El consejero presidente, Lorenzo Córdova, destacó la aportación histórica que han dado los partidos a la construcción del padrón, pero explicó: “Se trata de una actualización a los lineamientos derivada del nuevo andamiaje legal en materia de transparencia y protección de datos personales en posesión de entes públicos.

Hace 25 años, cuando se construyó el padrón, había prioridad de un instrumento que le diera credibilidad a los procesos; ahora la agenda reivindica la protección de datos personales. El desafío (hoy) es de conjugar esto con las nuevas realidades de la evolución de nuestro estado constitucional.

Más explícito sobre los alcances del acuerdo fue el consejero Benito Nacif, quien afirmó: nos protegemos no sólo contra lo que se ha llamado la comercialización del padrón, con esta medida estamos protegiendo contra la usurpación de la personalidad de los ciudadanos inscritos en el listado nominal con fines no sólo comerciales, sino también político-electorales.

Entre los partidos no hubo concesiones. El priísta Alejandro Muñoz aseveró: no podemos perder de vista que el padrón electoral desde hace mucho tiempo dejó de ser un problema, pero recordó que en su momento se cuestionaron mucho los padrones rasurados.

El panista Francisco Gárate recriminó: si ustedes quieren restringir los datos (que entregan a los partidos) tendrían en todo caso que modificar la ley, porque si no, lo que van a hacer es violarla. Pagan justos por pecadores; deberían mejor aprobar un protocolo más estricto de acceso.

Para el perredista Pablo Gómez debería haber centros de consulta en los 300 distritos, no sólo a nivel nacional. Llamó a que el INE no convierta un instrumento de credibilidad en el proceso de nueva cuenta en un campo de disputa entre los partidos.

El representante de Morena, Horacio Duarte, estimó que con estas medidas los partidos no podrán contrarrestar prácticas como el turismo electoral. Demandó que el padrón no sufra esa involución, porque si regresamos a un factor de desconfianza sería un atraso de décadas en el tema de la construcción democrática del país.