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Hoy, en el malecón de La Habana, el primer desfile en Latinoamérica de la casa parisina

Chanel se inspira en la riqueza y referentes estéticos de Cuba

Es un sueño ver aquí, en un país socialista, el trabajo de un creativo como Lagerfeld, afirma el diseñador más popular de la isla

Quiero saber qué es esa ropa de 40 mil dólares, dice otra profesional de la moda

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Karl Lagerfeld (de gafas oscuras) a su llegada a la apertura de la exposición de sus fotografías, Work in Progress, en La Habana. A la derecha, una visitante a la muestraFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de mayo de 2016, p. 7

La Habana.

El glamur y lujo de Chanel llegan este martes a La Habana, el destino comunista en boga en el mundo, en el primer desfile que organiza la casa parisina de moda en Latinoamérica.

El diseñador alemán Karl Lagerfeld presentará su colección Crucero 2016-2017 en el Paseo del Prado, antigua alameda que arranca casi a orillas del mar y termina a pocos metros del Parque Central, el Gran Teatro y el Capitolio, en el corazón de la capital cubana.

La pasarela de Chanel estará montada en un tramo central entre los bancos de mármol del Paseo y lucirá enmarcada simbólicamente entre los vetustos y deteriorados edificios de La Habana Vieja, centro colonial de la ciudad, y del vecino barrio de Centro Habana.

Maquillado para la ocasión, el sitio reluce entre edificios añosos y descascarados donde habitan miles de personas que muy difícilmente acceden a servicios de lujo. La riqueza cultural y la apertura de Cuba al mundo la convierten en una fuente de inspiración para Chanel, afirmó la empresa.

La muestra estará inspirada en los colores del Caribe y los referentes estéticos de Cuba. Hay expectación y curiosidad, pero no sorpresa en un año de acontecimientos sin precedente en Cuba: la visita del presidente Barack Obama, el concierto de los Rolling Stones y la filmación de Rápido y furioso.

Creo que esa pasarela va a ser más para Chanel que para Cuba... No sé si la gente aquí en la isla esté lista para esos productos, para esa propuesta, señaló Idania del Río, diseñadora de 33 años.

Pero igual tengo curiosidad como profesional (...) Quiero ver, chismear, qué es esa ropa de 40 mil dólares, agregó Del Río, una de las emprendedoras que conversaron con Obama durante su visita.

Raúl Castillo, el modisto más popular de Cuba en los pasados 20 años, emocionado afirmó: Es un sueño ver aquí, en la Cuba socialista, el trabajo de un diseñador como Lagerfeld.

Paradoja

El desfile de Chanel no deja de ser paradójico en un país comunista que por décadas llevó el ideal igualitarista hasta el atuendo. Los cubanos adquirían la misma ropa y zapatos, tendencia que fue desapareciendo hace unos 25 años a la luz de una lenta y cautelosa apertura al mercado. Nada hay más feo que la estandarización. Detrás de ella viene el desinterés, la apatía, la enajenación y todo ello conduce, fatalmente, a lo feo, evocó el escritor cubano Arturo Arango en un artículo publicado en el portal informativo On Cuba.

Con la caída del bloque soviético en 1990 llegó la crisis y los cubanos se tuvieron que vestir con ropa de segunda mano importada y vendida en tiendas estatales bajo el eufemismo de ropa reciclada, y que la gente llamó trapishopping (de trapo). También abrieron tiendas estatales con prendas nuevas en dólares, pero caras, de dudosa calidad y fuera de época. Algunas personas comenzaron después a importar ropa de Ecuador o México en sus equipajes de viajeros para venderla en improvisadas tiendas privadas, que el gobierno cerró en noviembre de 2013. Varias siguen funcionando de forma clandestina.

Antes del triunfo de la revolución en 1959, Cuba contaba con una industria de diversión que incluía cabarets, casinos y zonas de tolerancia. Desde famosos de Hollywood hasta mafiosos estadunidenses paseaban su glamur por la isla. En los 90 comenzó un renacer de la moda cubana, incluso con el apoyo del Estado, que abrió espacios como la Casa La Maison para desfiles y encuentros sociales. Aquí la gente sí que sabe coser. Hay muchos diseñadores buenos, y busca la manera de comprarse la ropa que le gusta, aseguró Del Río. Sin embargo, esta diseñadora de accesorios cree que es una recuperación muy lenta, porque hace falta una industria, un mercado. Para el modisto Castillo, la moda está en un momento muy bueno, nos estamos abriendo al mundo y en ese sentido es muy importante que venga Chanel aquí. Como casi todo en esta isla de 11.2 de millones de habitantes, el desarrollo de un mercado de moda está vinculado al fin del embargo estadunidense impuesto en 1962, y que se mantiene en vigor pese al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países en 2015. Cuando seamos un país normal, sin bloqueo, seremos de los primeros en la moda, auguró Castillo.

Chanel ha mantenido hasta ahora en secreto la lista de modelos que desfilarán en La Habana. El exclusivo espectáculo de una de las casas más famosas del mundo era hasta hace poco impensable en la Cuba comunista. A la pasarela privada de Chanel sólo se puede asistir por invitación.

Lagerfeld causó revuelo el domingo tras su llegada a la isla. El excéntrico kaiser de la moda estuvo en La Habana Vieja, donde visitó una muestra de sus fotografías (Obra en Proceso / Work in Progress) inaugurada en el contexto de la Semana Francesa en La Habana y como preámbulo a la gala de Chanel.