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Productores de Coatepec han logrado granos abundantes

Biofertilizantes, esperanza de cafetaleros contra la roya
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 18 de abril de 2016, p. 37

Coatepec, Ver.

La esperanza de recuperar paulatinamente la producción de café renace en algunas fincas de Veracruz. Dispuestos a frenar la roya naranja, que en dos años devastó el cultivo en Coatepec, una de las regiones cafetaleras reconocidas internacionalmente, un grupo de productores aplicó biofertilizantes y su resultado los sorprendió: las floraciones y los granos son más abundantes.

Pero en los campos ya no predominarán las variedades arábicas: typica, bourbon, caturra, catimor, mundo novo y garnica que, como describió Fernando Murrieta, administrador de la finca Los Brujos, dan mejora calidad de taza.

Esos cultivos, que permanecieron por tres generaciones, son ahora sustituidos por otros más resistentes o tolerantes a la enfermedad provocada por el hongo Hemileia vastatrix: Costa Rica, oro azteca, Colombia y sarchimor –conocidos también como catimores–, cuya semilla certificada reparte la Secretaría de Agricultura a los productores para que inicien este año el remplazo de las plantaciones de arábica.

Para que la renovación sea exitosa, confirmaron Murrieta; Teodoro Paredes, del rancho San Ignacio, y Ranulfo Lara, de la finca Santa Rosa, deben aplicarse nutrientes a las plantas y al suelo. Aseguraron que han logrado plantaciones bien nutridas y más resistentes a la plaga con los biofertilizantes elaborados con base en microrganismos benéficos que ayudan al desarrollo y la nutrición vegetal elaborados por la biofábrica Siglo XXI, entregados en un paquete tecnológico por la Fundación Produce Veracruz (Funprover) y el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco).

Somos contados los que no hemos bajado los brazos ante la roya naranja, dice Murrieta en el vivero donde nacen las plantas de las nuevas variedades de café, a las cuales aplicó los biofertilizantes. Orgulloso exhibe la brillantez de las hojas, la abundancia de las raíces y el firme grosor del tallo de las plantas. Algunos productores creen que nos pusimos a encerar cada una de las hojas, dice sonriendo.

En un recorrido por la finca Los Brujos, ubicada en la zona cañera de Mahuixtlán, expuso los resultados del uso de la bacteria fijadora de nitrógeno Azospirillum brasilense y de los hongos conocidos como micorrizas, principales componentes de los productos elaborados por la biofábrica. Planté esta variedad oro azteca en junio; aún no cumple un año y ya tiene su primer ensayo, dijo mostrando los granos rojos que surgen en los cafetos tras caer las flores blancas de sus ramas. Es una de los cientos de plantas que sembró en 25 hectáreas y que nutrió con 10 paquetes de biofertilizantes que Funprover y Firco le entregaron en diciembre de 2014, como parte del proyecto de carbono neutro.

Mientras señalaba los cafetos cubiertos de flores blancas, en contraste con los afectados por la roya, comentó que el año pasado se perdió 70 por ciento de la producción de la finca. Antes de la plaga, dijo, se obtenían mil 200 quintales. Para la cosecha actual estima obtener de 50 a 100 en las 43 hectáreas del rancho. Explicó que el año pasado se quitaron 60 mil plantas enfermas y la meta para 2016 es de 110 mil, y confió en que ante el éxito del biofertilizante nuevamente las autoridades estatales y federales los apoyen con parte del producto, que además de ser inocuo para el ser humano, animales y plantas, su costo es más accesible que el de los agroquímicos.

¡Es un garbanzo de a libra! Hay que compartir y multiplicar la experiencia del uso de los biofertilizantes, comentó Teodoro Paredes Villegas, administrador del rancho San Ignacio, ubicado en el municipio de Jilotepec, donde también se dio una debacle en la producción del grano aromático.

Los cafeticultores no sólo afrontan la enfermedad y el derrumbe de la producción, sino también los problemas económicos y sociales. El campo está golpeado por los altos costos de insumos, los bajos precios, la escasez de mano de obra y porque ya no se enseña a los hijos a cultivar el grano. En El Espinal, la comunidad donde nací y se produce café de buena calidad, se está acabando la inquietud por la agricultura. Si queremos seguir cosechando y disfrutar de buen café, hay que seguir sembrando y no quedarnos estancados, sostiene.