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La contribución del empleo al PIB se reducirá por el envejecimiento de la población

Decepciona la recuperación global, afirma el BID; prevé que AL no crecerá este año

Aconseja el organismo que los países de la región apliquen reformas fiscales profundas

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Vendedores ambulantes en el Centro Histórico de la Ciudad de MéxicoFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de abril de 2016, p. 20

La recuperación global ha vuelto a decepcionar, sentencia el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2016, dado a conocer este domingo. Advierte que la región tendrá un crecimiento nulo o levemente negativo este año por los bajos los precios de las materias primas, como el petróleo, y que la contribución del empleo al producto interno bruto (PIB) se reducirá por el envejecimiento de la población.

Tras la advertencia, la recomendación: Es imprescindible que los países latinoamericanos apliquen reformas fiscales profundas de manera inmediata para impulsar su crecimiento económico, so riesgo de que tengan que hacer ajustes más complicados en el futuro, indica el organismo.

Ello a pesar de admitir que en 15 países que han anunciado programas explícitos se contemplan ajustes de entre uno y 7 por ciento del PIB por uno o cinco años basados en la reducción del gasto, cuyo promedio calcula en 1.7 por ciento del PIB, y en el incremento de impuestos, en alrededor de 1.1 por ciento del producto.

En el caso de México, el BID elogia la reforma fiscal, las coberturas petroleras para suavizar el impacto del choque petrolero y la eliminación de subsidios internos, pues asevera que gracias a esas medidas se ha evitado hasta ahora un ajuste marcadamente procíclico del gasto público. En realidad, aquí ya se aplicaron dos recortes. El primero, por 124 mil 300 millones de pesos, en 2015, y el segundo, por 132 mil millones, en 2016, cada uno equivalente a 0.7 por ciento del PIB.

El BID justifica la urgencia de nuevos ajustes fiscales con el argumento del deterioro de las finanzas públicas en la región, pues asegura que el año pasado el déficit rebasó 2 por ciento del PIB en promedio y la deuda pública llegó a 50 por ciento del mismo.

Además, los ingresos recaudados entre 2011 y 2014 por la explotación y exportación de recursos naturales no renovables cayeron casi 4 por ciento del PIB regional. En el caso de México, los recursos fiscales provenientes del petróleo disminuyeron de 35 por ciento de los ingresos totales de 2013 a 20 por ciento en 2015, reducción de 8.3 a 4.5 por ciento del PIB.

Mucho espacio para los recortes

La buena noticia es que hay mucho espacio para mejorar la eficiencia del gasto, sostuvo Santiago Levy, vicepresidente del BID y ex subsecretario de Hacienda en México, al hablar sobre los ajustes fiscales durante la presentación del informe anual del organismo, titulado Es tiempo de decisiones: América Latina y el Caribe ante sus desafíos, que se realizó en Nassau, capital de Bahamas, uno de los principales paraísos fiscales del mundo.

El banco regional agrega que los ajustes deben aplicarse al gasto corriente, con reasignaciones de subsidios en gasolina, electricidad y transporte público, no en inversión pública para no afectar el crecimiento a futuro de la región. La infraestructura debería recibir al menos 5 por ciento del PIB en los países en desarrollo, pero el promedio en la región apenas llegó a 3.7 por ciento entre 2008 y 2013, señala.

Calcula que la zona crecerá sólo 1.7 por ciento anual en el periodo 2014-2020, promedio similar a las décadas de los 80 y 90, pero muy por debajo del 4 por ciento alcanzado entre 2003 y 2013 con el auge de las materias primas.

“La región enfrenta el doble shock de precios de materias primas y cambios demográficos. El envejecimiento poblacional, junto con otras tendencias demográficas, implica que en el periodo 2011-2020 el incremento de la participación del empleo puede llegar a contribuir 0.6 por ciento al índice de crecimiento, contra 2 por ciento registrado durante la década de 2000, pérdida potencial de 1.4 puntos porcentuales”, alerta.

Por si fuera poco existen riesgos adicionales, ya que por cada punto porcentual que se reduce la economía de China la de América Latina baja 0.6 por ciento y por cada punto que cae la de Estados Unidos la región pierde 1.5 por ciento de crecimiento. Si se suma el impacto de China y Estados Unidos, entre ambos pueden retrasar la recuperación económica de la región un año, sostuvo José Juan Ruiz, economista en jefe del BID.