Opinión
Ver día anteriorMartes 5 de abril de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Itacate

Maíz y miel

L

a ciencia experimental no puede permanecer disociada de las ciencias sociales y de las humanidades; temas como la manipulación genética, la clonación, la energía nuclear, el cambio climático o los transgénicos así lo demandan. Es necesario el diálogo entre estos campos del conocimiento distintos sólo en apariencia. Esto plantea la editorial del reciente número de Ciencias, revista de difusión de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuyo editor es César Carrillo Trueba. Los interesantes artículos que lo forman analizan bajo estas dos ópticas los temas del maíz y la miel en el país.

El mismo César Carrillo inicia con un artículo sobre el maíz ajo o maíz tunicado, que ha sabido conservar a través de tres generaciones el campesino Vicente Hernández de San Juan Ixtenco, Tlaxcala, población ñañú cercana a Huamantla, donde se siembran diversas variedades de maíz. El tunicado, cuya característica principal es que cada grano está cubierto –de ahí su nombre– se cultivó en el continente americano desde hace al menos 4 mil años. El investigador Efrén Hernández Xolocotzi hizo eco a la hipótesis de Paul C. Mangelsdorf, de que un maíz tunicado pueda ser el ancestro del maíz actual.

Don Vicente ha cuidado este maíz a pesar de no ser tan apreciado por otros, sobre todo porque lo heredó de su padre, y él de su abuelo; es una herencia, hay un afecto. Pero además este maíz es más resistente que otros a la sequía y a los suelos poco fértiles, cualidad que transmite por polinización al resto de maíces de la milpa. Esta relación de los indígenas y campesinos mexicanos con el maíz hace posible lo que afirma Edgar Anderson: “(Hay) con frecuencia tantos grandes tipos de maíz en un solo poblado mexicano como en todo Estados Unidos…” Por eso “no se puede interpretar muestras de poblaciones de maíz de manera eficiente sin conocer lo más que se pueda sobre la gente que ha cultivado ese maíz…”

Así, concluye Carrillo Trueba, no debe permitirse que se atente contra la diversidad del maíz; deben respetarse el principio precautorio y la moratoria para impedir que se siembre maíz transgénico en territorio mexicano, cuna de este cereal, núcleo de su mayor diversidad, espejo que engrandece la historia humana.

Cada artículo llevará al lector al mundo apasionante del maíz, protagonista de una portada de bello y original diseño; son las manos de don Vicente sosteniendo una mazorca de maíz tunicado, las que abren la invitación de la editorial a hacernos responsables del futuro de nuestro sustento, que “está… en las manos de todos”. A la segunda parte, la miel en la península de Yucatán, nos referiremos pronto.