n la columna anterior (21/3/16) señalaba que tras la alharaca de la Secretaría de Salud y del Colegio de Notarios, ambos de la Ciudad de México, con motivo de la campaña anual Marzo, mes de la voluntad anticipada, se imponía menos afán de notoriedad y un espíritu de servicio más eficiente y coordinado de esas instituciones.

Tras un breve sondeo entre notarios como solidarios de la ciudad, pues no todos respetaron el acuerdo o fueron notificados –¿entonces para qué los alardes de su colegio y de la Secretaría de Salud?–, algunos resultaron excesivamente lentos para dar informes, otros de plano ignorantes del Documento de Voluntad Anticipada y todos cerrando a las 16 o 17 horas. He aquí los resultados, en la inteligencia de que los interesados de la tercera edad primero tienen que recabar en alguna delegación, no en todas, un talón de descuento y con éste acudir a la notaría que preste el servicio. Si usted, por ejemplo, vive en la delegación Cuauhtémoc, donde no extienden el talón, tiene que acudir a otra. Burocracia, no solidaridad.

Las notarías 4 y 161 rebajan el costo del trámite de mil 700 a mil 200 pesos al público en general y de 400 a las personas de la tercera edad contra la presentación del talón de descuento. La notaría 51 cobra 2 mil 800 pesos por el Documento de Voluntad Anticipada y no hace ningún descuento. La 165 cobra por este servicio 3 mil 700 pesos, pero hace descuentos. La 148 cobra mil 500 pesos, pero considera absurdo tener ese documento, ya que los médicos desconectan al paciente cuando se les da la gana. Mejor no haga nada ni gaste.

Notarías como la 70, 156, 162 o 216 se ubican cerca de la sede de la Coordinación de Voluntad Anticipada y envían al interesado por su talón de descuento a la Dirección de Regulación Territorial (sic) de la delegación Benito Juárez. Los notarios del estado de México, como del resto de las diez entidades donde existe esta ley, no tienen Mes de Voluntad Anticipada; no hacen ningún descuento ni hay visos de coordinarse con la Secretaría de Salud respectiva. Es obvio que en México a algunos no les conviene apoyar la muerte digna, y que ésta es privilegio de unos cuantos, aunque en otros países aquel documento sea gratuito.

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