Como en aquellos tiempos, la multitud rodeó a Jesús, pero ahora no fue para proferir injurias en su contra o para ayudarlo, sino, sobre todo, para captar con sus celulares las mejores tomas del juicio y crucifixión del hijo de Dios, que, a las 10 de la mañana, frente a la Catedral Metropolitana, fue llevado ante Poncio Pilatos. Una vez más no encontró culpa alguna en el acusado en la décima representación de la Pasión de Cristo que lleva a cabo la Compañía de Teatro Clásico Fénix Novohispano.

A Jesús no molestó esa cercanía y la lucha de algunos espectadores por tener un buen lugar. Al contrario, comentó que probablemente, hace dos milenios, el ambiente debió ser similar: la gente arremolinándose cerca del condenado a morir en la cruz, y destacó que sentir al público casi participar de la escenificación inspira su interpretación, una de las más difíciles, dado el personaje.

Jesús, personificado por el actor Markin López, quien pronto cumplirá 33 años, destacó la importancia de que la representación de la Pasión de Cristo regresara al Zócalo capitalino, luego de que el año pasado la filmación de la película de James Bond: Sprectre impidiera efectuarla en ese espacio.

Cargamos la cruz de la violencia

Este año, 80 actores y 40 integrantes de bandas de guerra de Milpa Alta,Tláhuac e Iztapalapa participaron en la representación de una hora, durante la cual Jesús, en su camino al calvario, rodeó la plancha del Zócalo, donde se inauguraría poco después México City Series Festival, acto que desde temprano convocó a miles de personas. Allí, los aficionados al beisbol hacían fila para ingresar mientras tomaban fotos de la procesión.

Tras ser crucificado, Jesús fue abordado por los medios y aprovechó para señalar que México y el mundo cargan la cruz de la violencia, en el país, debido al narcotráfico, y en otras latitudes, por los actos terroristas como el de Bruselas. Expuso que ante esa ausencia de paz se requiere reconciliación y amor. Destacó que este año la obra se dedicó a los periodistas, que enfrentan los peligros de la inseguridad .

Francisco Hernández, director de la compañía, resaltó que la puesta rescata raíces prehispánicas. Este año las siete palabras que menciona Cristo en la cruz fueron en náhuatl.

Añadió que en esta ocasión no solicitaron apoyo de la arquidiócesis de México y que la demarcación no ofreció respaldo, como en otros años.