Economía
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79 Convención Bancaria
Requiere el país combatir desigualdad y corrupción

La banca es instrumento de desarrollo, un activo fundamental

Es injusto menospreciar la estabilidad económica lograda en 25 años, asegura quien será relecto un año más para dirigir a los banqueros. El objetivo no sólo es que 98% de la población tenga cuenta bancaria, sino hipotecas, préstamos, otros servicios. Insta a avanzar en la cédula de identidad biométrica

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Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México, en entrevista con La Jornada sobre la convención del sector que se lleva a cabo en AcapulcoFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de marzo de 2016, p. 25

El país requiere avanzar en combatir la desigualdad, la impunidad y la corrupción pero sin destruir ni menospreciar los avances de 25 años en construir estabilidad económica, sostiene Luis Robles Miaja, presidente de la Asociación de Bancos de México, quien este viernes será electo para seguir un año más al frente de ese organismo gremial.

Tenemos que luchar contra la desigualdad. Hay dos Méxicos, el norte y el sur, al igual que hay dos méxicos, el productivo y el improductivo. Aquí hay de dos: o jalamos ese México para arriba en el sentido de crecimiento, desarrollo y prosperidad, o ese México nos va a jalar para abajo, dice en entrevista con La Jornada, en el marco de la 79 Convención bancaria, que se celebra en Acapulco.

–¿Qué destaca de lo sucedido en el sistema bancario en el último año?

–La banca mexicana lleva 15 años creciendo en su actividad crediticia a niveles de más de tres veces el crecimiento del producto interno bruto. Ese es el periodo más largo y de mayor dinamismo en el crecimiento del crédito al sector privado en la historia de México. Esto confirma que la banca en México es un instrumento de desarrollo, un activo en los fundamentales del país y por lo tanto de la estabilidad. Estamos cumpliendo con éxito nuestro propósito de financiar a las empresas y a las familias de manera generalizada. Y también reduciendo la cartera vencida. No estamos prestando irresponsablemente.

–¿Por qué considera que ha sido posible este periodo de crecimiento?

–Lo más importante es la estabilidad. Sin ella no podríamos estar hablando de este periodo tan largo de dinamismo crediticio y de tasas de interés de un dígito en diversos sectores. La estabilidad económica es producto de muchas acciones y políticas del Estado mexicano. Por otro lado, por la fortaleza del sistema financiero. Somos una banca muy capitalizada. Tres, por qué no decirlo, hemos aprendido a administrar mucho mejor los riesgos y eso nos ha permitido llegar a segmentos que antes era impensable que un banco prestara porque no sabíamos administrar esos riesgos. También la competencia, sin duda alguna.

–La banca entró a este periodo de 15 años de crecimiento con una imagen muy deteriorada, como resultado de la crisis de 1995. ¿Cómo se refleja en la vida cotidiana de las familias este crecimiento sostenido del crédito?

–Difiero de la valoración inicial. Efectivamente, la banca en el año 2000 era el villano favorito de la sociedad. Los políticos nos atacaban mucho, los propios medios, y quizá con razón porque una de las consecuencias de la crisis del 95 fue la quiebra del sistema bancario mexicano, lo que trajo una serie de problemas a toda la sociedad. Efectivamente, eso no genera buena imagen, por el contrario. Sin embargo, hoy la banca no tiene mala imagen. Dado que el crédito bancario ha permitido a muchas familias comprar una casa, un coche, una lavadora o un aire acondicionado, ya no se ve a la banca como la mala. Ya no tenemos mala imagen, esa es la impresión que sacamos de los estudios que hacemos. Las nuevas tecnologías nos han permitido reducir sensiblemente los costos de acceso de los clientes a la banca. Por otro lado, la banca se ha tomado muy serio la inclusión. Vemos la inclusión financiera como una inversión. A corto plazo no deja. Pero en el mediano y largo plazos es una inversión que en definitiva es en beneficio de todos, del bienestar de las familias que van a poder adquirir un bien de consumo duradero o una vivienda y es en bienestar también del país en general, porque al final el crédito es un impulsor del crecimiento.

–En un plazo medio, ¿cuál es el objetivo de cobertura de la banca?

–Mi objetivo sería llevar la cobertura a los niveles de un país desarrollado. A 95 o 98 por ciento de la población adulta. No quisiera tener a 98 por ciento de los adultos con cuentas, sino a 98 por ciento de los adultos con cuentas, con créditos hipotecarios, con crédito de automóvil, de consumo, con seguros.

Nuevas tecnologías reducen costos de transacción

–¿El proceso de incorporación de nuevos usuarios será principalmente a través de canales digitales, basados en las nuevas tecnologías, antes que sucursales?

–Sin duda. Las nuevas tecnologías han revolucionado todos los negocios. Particularmente la banca ha sido una de las industrias más beneficiadas, debido a la baja en los costos de transacción. A lo mejor las nuevas tecnologías han permitido producir mejores coches, más baratos, pero los costos de producción de un automóvil no se han reducido tanto como los costos de transacción de un banco. Hacer la transacción con un cheque en la sucursal tiene un costo operativo de 15 pesos. Con la tecnología móvil, es de centavos.

–¿En qué medida se ha avanzado en los temas de prevención de lavado de dinero, fraude y robo de identidad?

–Por lo que se refiere a la prevención de lavado de dinero y de financiamiento al terrorismo, la banca ha invertido cantidades cuantiosísimas porque es un tema que nos ocupa mucho. Mi objetivo, y probablemente no llegue a concluirlo en mi periodo al frente de la ABM, pero sí por lo menos a iniciarlo y avanzar significativamente, es que la región de América del Norte tenga el sistema financiero más seguro en prevención de lavado de dinero. Es nuestra obligación con la sociedad y una manera de contribuir al combate de la delincuencia organizada. Además es un tema estratégico para México. Respecto del fraude por robo de identidad, las nuevas tecnologías también tienen sus riesgos. Tendríamos que ir hacia la cédula de identidad con registro biométrico. Por razones políticas, muchas de ellas vinculadas con otras épocas históricas del país, ha habido una oposición a esto. Es la manera de acabar con el fraude por robo de identidad y no sólo con eso. Hay bandas vinculadas con esos ilícitos integradas por gente de otros países que se han construido una identidad mexicana, pero que son centroamericanos y sudamericanos. He hablado con las autoridades policiacas y de seguridad pública y ellos hablan de que se construyen una identidad con una acta de nacimiento obtenida no sé dónde, luego sacar una credencial de elector y así se construyen una identidad de mexicano. Eso se acaba con una identificación con datos biométricos.

–¿Qué se ha hecho en la ABM para impulsar la creación de una identificación con datos biométricos?

–Una de las metas que tenemos es utilizar los registros del Instituto Nacional Electoral, que tiene más de 40 millones de credenciales con las 10 huellas, para identificar a una persona que solicita un servicio bancario. Pero esa es una solución parcial. No es posible que sigamos nosotros con el miedo a tener una cédula de identidad con datos biométricos (como el iris). Estamos omitiendo un tema muy importante, la prevención del delito y la persecución del mismo. Si tuviéramos, por ejemplo, registro de iris registrado, sería posible saber exactamente quién comete un asalto bancario. Lo sabríamos en el tiempo que tarda en viajar la señal de la cámara en la sucursal a la base de datos.

–¿Cómo espera que sea el entorno económico en que se desarrollará la actividad bancaria en el siguiente año que estará al frente de la ABM?

–No cabe duda que México es el país en vías de desarrollo o emergente que tiene mayores posibilidades de convertirse en una nación desarrollada. No es una especulación u opinión sino datos. El país tiene muchas características para lograrlo: su demografía, ubicación geográfica, capacidad industrial, una economía que ya no es principalmente exportadora de materias primas. Hay muchos elementos para hacer esa afirmación. Lo que debemos lograr es que se siga por esa ruta de crecimiento y desarrollo, a pesar del entorno internacional tan volátil y complejo que vivimos.

“Veamos los datos. Es que somos personas de memoria corta. Se nos cayó 70 por ciento el precio del petróleo, se nos cayó la producción petrolera, se devaluó el peso 30 por ciento y el país creció 2.5 por ciento (en 2015). A veces escucho y me da un poquito de coraje, que la gente dice: el país creció un mediocre 2.5 por ciento. Bueno, asómense al sur, vean a Asia, Europa, África. No podemos menospreciar lo que hemos construido en 25 años. Tenemos problemas de impunidad, de corrupción, es evidente que ahí están. Tenemos que seguir construyendo y cuidando lo que ya hicimos y no destruir esa estabilidad”.

Robles Miaja añade: Tenemos que luchar contra la desigualdad. Hay dos méxicos, el norte y el sur, al igual que hay dos méxicos, el productivo y el improductivo, casi en la misma línea están el sur y el norte y ahí tenemos que trabajar muy duro porque en mi opinión el tema del sur es un problema que los mexicanos tenemos olvidado hace 500 años. Tenemos que ponernos las pilas y trabajar para jalar ese México, porque aquí hay de dos: o jalamos ese México para arriba en el sentido de crecimiento, desarrollo y prosperidad, o ese México nos va a jalar para abajo.