Los pueblos indígenas son uno de los sectores que constantemente ven vulnerados sus derechos humanos. Este segmento enfrenta rezago educativo, social y económico; falta de acceso a servicios de salud; carencias de vivienda; explotación e invasión de sus territorios y explotación de los recursos naturales de los que se valen; desplazamientos; discriminación; agresiones a su cosmovisión y autonomía, entre otros. Existe una deuda pendiente con ellos, señalaron especialistas.

En México, una de las mayores violaciones a las garantías de los pueblos originarios es que su derecho a la autonomía y a sus formas de gobierno, asentados en los Acuerdos de San Andrés, firmados hace 20 años, aún no son elevadas a rango constitucional, aseveró Leticia Cano Soriano, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

No podemos hablar de un país democrático, plural, incluyente y que realmente es defensor de los derechos políticos y civiles de los grupos minoritarios sin esos acuerdos en la Constitución. Lamentablemente la falta de apoyo por dos décadas en el Congreso de la Unión y otros sectores gubernamentales para que se dé una modificación constitucional que los incluya muestra una escasa voluntad política. Ese sigue siendo un pendiente con los indígenas.

En el contexto del congreso Derechos humanos y pueblos indígenas. Un camino fundamental para la reconstrucción del tejido social en México, organizado por la ENTS, la directora de esa entidad académica dijo que los datos oficiales muestran la terrible realidad de estas comunidades que son a las que más azota la pobreza extrema, la falta de oportunidades educativas y desarrollo, mala alimentación, servicios escasos, salud precaria, falta de accceso a la justicia, entre otras.

Las estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señalan que alrededor de nueve de cada 10 indígenas viven en condiciones de pobreza y desigualdad. El porcentaje de pobreza entre quienes hablan alguna lengua originaria es casi el doble que el de la población en general, poco más de 76 por ciento de ellos enfrenta esa condición y se estima que más de unos 3 millones de habitantes de comunidades originarias vive en pobreza extrema.