Feligreses católicos se manifestaron fuera de la Subprocuraduría de Delitos contra la Mujer por Razón de Género en la capital de Oaxaca para demandar la exculpación del presbítero Manuel Arias Montes, quien ha apoyado a víctimas de pederastia y, en represalia, recientemente fue acusado de violencia intrafamiliar.

El clérigo fue llamado a esa dependencia para ampliar su declaración por esta demanda. Al salir del inmueble indicó que la acusación es una artimaña más orquestada por el arzobispo de la arquidiócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello, en venganza por su apoyo a las presuntas víctimas de Gerardo Silvestre Hernández, acusado de cometer pederastia contra unos 100 niños de la entidad.

Me están fabricando un delito, acusó, y recordó que Chávez Botello se ha negado a presentar este problema en el Vaticano ni ha querido escuchar los testimonios de las víctimas de abuso sexual.

Incluso recordó que en el municipio de Villa Alta, una de las zonas donde se acusa a Hernández de haber abusado de por lo menos 40 infantes, al recibir las primeras acusaciones en lugar de retirarlo del servicio e investigar los hechos prefirió simplemente cambiarlo de parroquia a San Lucas Camotlán, después a Ozolotepec y finalmente a San Pablo Huitzo, donde nuevamente hizo de las suyas; de aquí se desprende una de las dos denuncias presentadas en su contra.

Agregó que el arzobispo, junto con el sacerdote Wilfrido Mayrén, apoderado legal de la arquidiócesis, fraguaron un plan para inculparlo; para ello han utilizado a una ex pareja de Mayrén para que se haga pasar por víctima.

Fuera, aproximadamente 30 católicos leyeron la Biblia, cantaron salmos en apoyo a Manuel Arias y exigieron castigo al cura Hernández.

En tanto, un hombre identificado como Manuel, de 62 años de edad, albañil, sacristán y ayudante general de una iglesia de la colonia Tierra Blanca, en la capital de San Luis Potosí, fue detenido por policías ministeriales del estado por abuso sexual contra un menor discapacitado.

La madre de la víctima declaró a la corporación que la tarde del lunes, tras llegar de su trabajo no encontró a su hijo en casa, por lo cual acudió a la iglesia de la colonia donde el menor trabaja ocasionalmente.

Allí los demás trabajadores le informaron que su hijo se encontraba con Manuel en una bodega en construcción, adonde se dirigió. Manuel salió apresurado y se alejó, después salió el menor, quien le dijo que el sacristán le había bajado los pantalones y abusado de él.

La madre llamó de inmediato a la policía, y Manuel se ocultó en una vivienda ubicada en la avenida Himno Nacional, donde más tarde fue detenido.