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Arpegio montará El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro en el Auditorio Nacional

Muestran a niños cómo un pícaro urde en favor de los trabajadores

El leitmotiv de la compañía no es hacer pedagogía ni defender dogmas, sino brindar al público divertimento con mucha calidad escénica, vocal y sonora, expresa su directora Sylvia Rittner a La Jornada

Las óperas se adaptan de manera resumida, aunque con respeto al libreto y la música

Foto
Escena de Las bodas de Fígaro, de Wolfgang Amadeus Mozart, montada por la agrupación de ópera para niños Arpegio. Por primera vez, se programa junto con El barbero de Sevilla, de Gioachino RossiniFoto James Kelly/ cortesía de la compañía
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de febrero de 2016, p. 2

Ni pedagogía ni dogmas. El leitmotiv de la compañía de ópera infantil independiente Arpegio consiste en brindar divertimento con mucha calidad escénica, vocal y musical, afirma su directora, Sylvia Rittner.

El principal baluarte es el respeto hacia la inteligencia y la sensibilidad de los infantes y, así, ofrecerles propuestas de calidad que los emocionen y conmuevan, entretengan y diviertan, los hagan soñar y sentir, pensar y reflexionar.

Esa aclaración de la promotora cultural viene a cuento por la próxima temporada que la agrupación comenzará hoy en el Lunario del Auditorio Nacional, que abarca cuatro funciones, que concluirán el 13 de marzo.

Escenificarán, de forma alternada, El barbero de Sevilla y Las bodas de Fígaro, de Gioachino Rossini y Wolfgang Amadeus Mozart, respectivamente, dos títulos que en el papel son de naturaleza cómica, pero en cuyas tramas subyace una profunda y cáustica crítica social.

“Son óperas de ideas y sonoridades explosivas. Pierre Auguste Caron de Beaumarchais, autor de la saga teatral –sobre la cual Rossini y Mozart construyeron sus magníficas partituras– fue un cortesano subversivo”, explica Sylvia Ritnner a La Jornada.

Su vida y sus acciones parecían estar siempre en las antípodas. Sólo una mente maestra como la suya podría haber escrito estas sátiras finísimas que corrieron el velo de la decadente aristocracia del siglo XVIII francés.

Reivindicar la dignidad humana

Fígaro, el personaje central en las dos obras, es la expresión profunda de un pueblo que vive la necesidad de reivindicar la dignidad humana, sostiene Sylvia Ritter, fundadora y directora de Arpegio.

“A través del humor, así como los memes de la actualidad, las ideas que concibe este personaje para tomar la plaza del aristócrata irracional y depravado, ya sea el Doctor Bartolo o el Conde de Almaviva y derrocarlo con sus tretas, configuran un espíritu revolucionario. En la era de la razón, el irracional cae burlado. Esa es la vigencia del entrañable Fígaro.”

Sin embargo, los montajes que pondrá esa compañía operística que el año pasado cumplió 10 años ponderan la riqueza sonora y los valores cómicos de ambas historias más que su tono crítico y de denuncia.

Son obras reivindicativas que tienen gran valor literario y musical, aunque también son muy divertidas y entretenidas. Nuestro interés, en ambas puestas, es subrayar a los niños esto último; lo que hacemos es destacar la figura del pícaro tramando y resolviendo en favor de la clase trabajadora, indica Rittner.

Nuestro propósito no es hacer pedagogía ni defender dogmas. Lo que deseamos es brindar al público divertimento con mucha calidad escénica, musical y vocal. Para eso cuidamos mucho quiénes son los intérpretes. Tenemos una compañía integrada por cantantes de excelencia, que también son espléndidos actores.

Desde que incluyó ambas óperas en su repertorio, hace unos tres o cuatro años, ésta es la primera ocasión que Arpegio las programa de forma conjunta y secuenciada en una misma temporada.

La idea es contar de manera completa la historia de ese pícaro personaje. De allí que la temporada se inicia este domingo con El barbero de Sevilla y la siguiente función (el 28 de febrero) y continúa con Las bodas de Fígaro, combinación que se repetirá los dos domingos subsecuentes.

Como todo el repertorio de esa compañía, integrado a la fecha por 14 títulos, los montajes de las obras de Rossini y Mozart se presentan en versión resumida, con la finalidad de no cansar ni aburrir al público infantil, aunque las adaptaciones respetan invariablemente el libreto y la música.

Video y dibujos animados

En el caso de la puesta de El barbero de Sevilla, el director escénico Miguel Hernández Bautista hace una propuesta muy ágil y dinámica, con la que busca recrear el ritmo vertiginoso de los dibujos animados, con escenas caricaturescas que recrean los enredos de la obra.

Para Las bodas de Fígaro, Jaime Matarradona resuelve esta hilarante comedia de enredos, en la que se cuestiona el derecho de pernada que los señores feudales tenían sobre las siervas, con el rescate de las partes más divertidas de la obra y el empleo de una serie de puertas a manera de escenografía.

Ambas propuestas, como es ya práctica común en Arpegio, recurren al uso del video y dibujos animados de escenografía, así como a la utilización de vistosos vestuarios y maquillajes.

Las funciones en el Lunario serán a las 13 horas, en el costado norte del Auditorio Nacional (Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec).