20 de febrero de 2016     Número 101

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Reconstruir el tejido organizativo campesino y luchar contra los megaproyectos, misiones claves del CNA

Adriana Lozano Doctorante en Desarrollo Rural, UAM-Xochimilco

Entrevista a Isaac Marín Lizarazo, vicepresidente de la Junta Nacional del Coordinador Nacional Agrario de Colombia (CNA), encargado de la Secretaría de Comunicaciones del CNA; dirigente campesino del Centro Oriente de Colombia, formó parte de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) en el Departamento del Casanare

Adriana Lozano (AL): ¿Cómo nace el Coordinador Nacional Agrario de Colombia (CNA)?

Isaac Marín (IM): Es una organización agraria de cobertura nacional. Se fue creando hace unos 20 años, incubado al calor de las movilizaciones y el paro de los cafeteros en regiones como Antioquia, Risaralda, eje Cafetero y Tolima. Este paro cafetero de 1995 fue una jornada nacional histórica, un paro que duró un poco más de un mes y que fue llamando a la conformación de un espacio de coordinación del sector agrario del país.


FOTO: CNA Asamblea Nacional

Más adelante se fueron acercando procesos y organizaciones campesinas de otras regiones, como del oriente desde su organización que era la ANUC; también llegaron los campesinos del Catatumbo del Nororiente y los campesinos mineros del sur de Bolívar, entre otros procesos.

AL: ¿Cómo se organizan a nivel nacional y regional?

IM: inicialmente, el CNA era apenas un espacio de coordinación, es decir, aquí no se tenía una junta directiva y no había una plataforma unificada; las organizaciones que llegaban al espacio no se reconocían bases del CNA, sino más bien organizaciones que confluían en un punto donde llegaban otras fuerzas y tenían identidad en varias de sus iniciativas. Es un poco complejo el escenario y más complejo intentar definirlo.

Ahora, poco a poco se fueron consolidando estas identidades, se fue trabajando sobre los puntos de diferencia; muchos dirigentes manifestaron su interés y la voluntad de sus organizaciones por trabajar en la construcción de un referente nacional, un gran referente nacional del sector agrario.

Hoy el CNA está conformado por más de 50 organizaciones, de procesos campesinos en unos 21 departamentos del país; las integrantes van desde organizaciones locales de algunos municipios, organizaciones departamentales o regionales y también nacionales. Es decir el Coordinador tiene procesos y organizaciones en todos los niveles.

Hay otros espacios de articulación; en el ámbito nacional el CNA hace parte de una plataforma de movimientos que se conoce como el Congreso de los Pueblos; allí convergen otros sectores sociales que tienen identidad con una apuesta del movimiento social y están organizaciones de estudiantes, de trabajadores sindicalizados, movimientos ambientalistas, procesos y sectores urbanos, cívicos y populares, además de los indígenas y negros.

Y en este entramado social, el CNA está en la Cumbre Nacional Agraria Campesina, Étnica y Popular, otra gran plataforma de movimientos agrarios y populares del país, que si bien es una apuesta reciente, vale decir que ha sido en buena medida gestora de los últimos paros agrarios, de 2013 y 2014, que han generado un gran debate nacional y que lograron sentar al gobierno del presidente Santos a discutir la crisis agraria del país.

Hoy la Cumbre Agraria tiene una agenda que está negociando con el gobierno nacional; ahí está el CNA en esa apuesta política.

Y en el escenario internacional, el CNA tiene una agenda y trabaja para el hermanamiento; participa en la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), en la Articulación de Movimientos Sociales hacia el ALBA y en la Vía Campesina. Hace parte de la RED de Hermandad y Solidaridad con Colombia REDHER.

AL: ¿Cuáles son las motivaciones para conformar esta organización?

IM: Motivaciones son varias, pero fundamentalmente es la necesidad de tener un referente campesino de carácter nacional, un espacio de articulación; también es la urgencia de reconstruir el tejido organizativo. Recuerden que veníamos de tener una gran organización que fue la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), que tuvo su momento de grandes luchas, de ser una organización fuerte y que alcanzó reivindicaciones importantes, como las recuperaciones de tierra en todo el país, en las décadas de los 60’s y 70´s. La ANUC fue diezmada, pero los campesinos seguían construyendo proceso en lo local.


FOTO: Coordinador Nacional Agrario de Colombia

En buena medida, el CNA retoma las banderas de lucha de la ANUC. Su plataforma política tiene bases en lo que construyeron los de ANUC, claro, con los cambios y acomodos a las exigencias de la lucha de hoy. Por ejemplo, la lucha sigue siendo por la tenencia de la tierra, pero este concepto, hoy es más integral, hoy se da la lucha por la defensa del territorio, por la permanencia en el territorio, este es un concepto más holístico.

Costó mucho trabajo entender que debía darse una articulación con negros e indígenas, pero estas diferencias se han venido saldando y hoy en el CNA se encuentran negros, indígenas, pescadores, agro-mineros, profesionales agrarios. Y en esto vale decir que son las iniciativas las que logran la articulación, es decir, la lucha por defender el territorio. ¡Esta es una lucha de todas y todos! ¡Ahí nos identificamos y nos sumamos negros, pescadores, pequeños mineros, campesinos, todos!

La lucha por el reconocimiento del campesino como sujeto de derechos, la luchas de resistencia y rechazo a las multinacionales petroleras, mineras, carbonera o contra las represas e hidroeléctricas, que son megaproyectos que generan desplazamiento y acaban con los territorios; estas son luchas que articulan en torno a la propuesta del CNA.

Por su puesto que también hay iniciativas en construcción: está el tema de la agroecología, la agricultura orgánica. Está en diseño una propuesta de economía propia, una economía para los campesinos, negros e indígenas, una economía para la vida, no para acumular riquezas, sino para generar condiciones de vida digna, una economía para el buen vivir.

AL: ¿Cuáles son sus puntos de lucha como organización del campesinado colombiano?

IM: El Coordinador Nacional Agrario ya tiene una base social, es un gran movimiento nacional y tiene una plataforma política, construida desde las comunidades, en la región, haciendo escuelas, encuentros, movilizaciones, paros y asambleas nacionales.

Y en los puntos programáticos están contribuir a la construcción de organización campesina y agraria y tejer organización.

Construir unidad es urgente y muy necesario. Construir unidad con otros sectores populares, con otros procesos agrarios del país y del Continente. Así, la unidad es parte de la tarea por hacer y en eso el CNA va a contribuir, hará su mayor esfuerzo para que se avance.

¡Un punto importante en la lucha es el de trabajar por el reconocimiento del campesino como sujeto de derechos! El Estado colombiano, la sociedad en su conjunto, tienen una deuda histórica con los campesinos, y es reconocerlos como sujetos de derechos, como un actor político que no sólo aporta mano de obra y producción económica, sino que también ha ayudado a construir país. ¡Es gestor de políticas, es actor de cambios, eso es ser sujeto de derechos!

Y por ahí pasa también la defensa del territorio, la lucha y la permanencia en el territorio; porque no puede ser sólo la lucha por la tenencia de la tierra, es también el derecho al agua, a la biodiversidad, a los bienes de uso y consumo, es el reconocimiento de los gobiernos propios, esos gobiernos que campesinos han consolidado por años, allá en lugares donde el Estado no llega.

Los planes de ordenamiento territorial popular también son una apuesta, como una herramienta de cimentar territorio, de hacer uso racional y equilibrado de los recursos, de proteger, ríos, bosques, selvas, ecosistemas que están amenazados por la explotación capitalista. Esto entre otras iniciativas que el CNA viene movilizando.

AL: ¿Cómo conciben al sujeto campesino?

IM: Bueno, sociológicamente hay varias conceptualizaciones sobre el sujeto campesino, pero un acercamiento que es válido para el CNA es que el campesino colombiano es el que está directamente relacionado con la tierra, con el campo; el que tiene una parcela, un fundo, una finca pequeña y allí vive y de ésta devenga su sustento; ese que su proyecto de vida está ahí, en la parcela, en la vereda. Es el que se identifica con el campo, con la ruralidad y la vive, por eso el pescador, el agro-minero, el indígena y el negro se reconocen además campesinos!

AL: ¿Cuáles son las reivindicaciones del sujeto campesino colombiano?

IM: Las campesinas y los campesinos, reivindican el derecho a la vida, al territorio, y aquí está la lucha por los territorios agroalimentarios; a ser reconocidos como sujetos de derechos. Reivindican el derecho a una economía propia, el derecho a las semillas. Más de 50 años de conflicto social y armado en Colombia hacen que sea una reivindicación el derecho a la paz, paz con justicia social, paz con cambios estructurales; que la paz no signifique el silenciamiento de las armas para la expansión de los grupos económicos explotando todos los recursos y desplazando campesinos.

AL: Como representante de la organización campesina en Colombia, ¿qué retos considera enfrenta el campesinado en Latinoamérica?

IM: Desde el CNA, creemos que hay varios retos; y en común tenemos la lucha contra este modelo económico, modelo que es una amenaza para los campesinos del mundo. El sistema capitalista desconoce a los campesinos, los ve como un estorbo, los está arrinconado y los quiere desaparecer.

También está el reto de reconocernos e intercambiar mejor las experiencias y el conocimiento; para eso es necesario mejorar las comunicaciones entre pueblos y entre organizaciones hermanas.

Otro reto es el de la unidad, ¡Los pueblos campesinos e indígenas necesitan la unidad en el Continente! ¡Unidad para constituir un frente común! ¡Un frente de los pueblos! ¡Unidad para confrontar al sistema que nos despoja! ¡Unidad para avanzar en organización!

Página del Coordinador Nacional Agrario


El territorio indígena

Guadalupe Espinoza Sauceda
Estudiante de la Séptima Generación del Doctorado en Desarrollo Rural de la UAM-X


FOTO: Geya García

La historia de los pueblos indígenas en Colombia no es distinta de la que se ha vivido en el resto del Continente, marcada por el proceso de conquista y colonización europea. Los pueblos indígenas fueron discriminados, excluidos, minimizados y desposeídos de sus territorios ancestrales.

Para los pueblos indígenas el territorio es el centro del espacio de vida y desarrollo cultural. Se dan cuenta de que hay distintas verdades y diversas miradas. Mientras la cultura dominante habla de desarrollo, los indígenas hablan de planes de vida.

Hay 47 millones de habitantes colombianos (de los cuales menos de tres millones son indígenas). Hay 96 pueblos indígenas y 116 lenguas indígenas. El gobierno ha aplicado una política de exterminio. La Iglesia católica habla del “encuentro de dos mundos”, aunque para los indígenas no ha sido realmente un encuentro sino una invasión, un saqueo, un despojo de sus tierras. La invasión sigue en nuestros tiempos.

El 25 por ciento de la población de Colombia es negra. José Santos, del movimiento afro, afirma que Colombia es racista, que el conflicto más fuerte de su país no es el armado sino el social.

Respecto al régimen de propiedad de la tierra, en Colombia fue a partir de la Constitución de 1991 y del desarrollo jurisprudencial de la Corte Constitucional Colombiana que comenzó a darse un reconocimiento de las tierras indígenas, principalmente con la figura de los resguardos indígenas; sin embargo, éstos son sólo una parte de los territorios indígenas. El Estado ha reconocido legalmente los resguardos, pero no lo ha hecho así con algunos territorios y ocupaciones tradicionales que los pueblos indígenas reivindican.

El Resguardo es la figura territorial y jurídica para los pueblos indígenas de Colombia. Los Consejos Comunitarios son la tierra de los afrocolombianos y Las Zonas de Reserva son el área territorial de los campesinos.

Las reservas campesinas se instauraron en 1994, como un instrumento de reforma agraria. En 1996 se reglamentó la Ley 160, que es la Ley de Tierras de Colombia, y en 1998 el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) lanzó el plan piloto. Actualmente hay únicamente seis reservas campesinas, con un total de 811 miil hectáreas. Lo que se plantea es el ejercicio de la territorialidad, el concepto de comunidad, ser interlocutor con el Estado, el manejo del desarrollo productivo y la autonomía.

En el reordenamiento territorial son pocas las familias que tienen la propiedad de la tierra. Los resguardos en voz de los pueblos indígenas son pecas –dicen-, y para su restitución también se están basando en las Leyes de Indias. El tema de la autonomía también les llama la atención y los pone a pensar. Hablan de un Derecho propio, que viene siendo el derecho indígena.

En Colombia hay ocho millones de desplazados de un total de 45 millones de colombianos. Hoy está en disputa la devolución de las tierras. La reforma agraria se dio por la vía de los hechos, aunque desde mi punto de vista en Colombia no ha habido reforma agraria, al contrario, hay grandes acaparadores de tierra y grandes terratenientes. Hay una Ley de Víctimas y Restitución de Tierras para los desplazados.

Los pueblos indígenas se sienten excluidos, y hacen suyo el discurso de los zapatistas en México, de que las autoridades deben mandar obedeciendo. Los cabildos no son propios de la cultura indígena colombiana, pero se los han apropiado y hecho suyos.

Tierra, territorios y soberanía son conceptos que están en la agenda del movimiento social colombiano y en los Diálogos de La Habana.

Durante el viaje de estudios a Colombia de la Séptima Generación del Doctorado en Desarrollo Rural de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-Xochimilco), pudimos visitar y entrevistarnos con líderes y representantes de la región del Cauca.

De tres millones de hectáreas de tierra en el Cauca, 650 mil son tierra indígena. Hoy los grandes terratenientes han vendido a las trasnacionales, quienes impulsan megaproyectos en las regiones indígenas. Los pueblos indígenas, en especial de la región del Cauca, se han hecho fuertes en los resguardos y en las asociaciones de cabildos de 1994.

El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) ha puesto énfasis en la recuperación de las tierras (territorios). Trata de recuperar lo perdido y ampliar los resguardos; le apuesta a la conciencia, la organización y la interlocución con el gobierno; va por el diálogo, sabe que así tendrá que resolverse el problema que enfrentan. El CRIC busca los territorios colectivos, aunque dentro del movimiento hay unos que se refieren a territorios ancestrales y otros a tradicionales.

No obstante, el gobierno colombiano sigue negando los derechos de los pueblos indígenas.

Algo que se recalca mucho en las discusiones entre las organizaciones colombianas es que el conflicto de fondo en Colombia es por la tierra. Los diferentes dirigentes y actores sociales dicen que se requiere de una nueva constituyente, algo similar a lo que se busca en México en estos días. Hay una ebullición social y política en Colombia. Javier Betancourt, uno de los principales dirigentes, refirió que en su país hay mucha desigualdad social, por eso el sujeto agrario está en la cresta ahora en el movimiento social.

Hay una tensión entre dos modelos: el dominante versus la autodeterminación. El dominante gira bajo los vértices de un triángulo: Desarrollo, Modernidad y Estado-nación, y la autodeterminación sobre: Vida, Cambio civilizatorio y Autonomía territorial. Llegándose a la conclusión que se requiere una respuesta planetaria, lo que en México los pueblos indígenas le llaman autonomías.

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