Donde las cercas caminan de noche
pueblos originarios de baja california

 Carlos Ashida

Jaspuypaim: Los Jamás Bautizados. Fotografía de Roberto Córdova-Leyva


Dona Paula camina debajo de un encino
en Arroyo Seco, BC, 1994. Foto: Roberto Córdova-Leyva

Cuando se habla de la presencia indígena en Baja California se piensa más en los migrantes que en las comunidades nativas, apunta el fotógrafo. Con un dejo de ironía, recuerda que en la versión oficial de la historia que recibió de niño en la escuela jamás fueron mencionadas las etnias regionales; como tampoco fueron tomadas en cuenta cuando la avenida Revolución de Tijuana —en uno de tantos esfuerzos por crear una escenografía mexicana acorde a las expectativas del turismo— fue sembrada con reproducciones de esculturas prehispánicas hechas con fibra de vidrio. Pareciera que los pueblos yumanos nunca existieron o se esfumaron inadvertidamente hace mucho tiempo, antes de consumarse la inexorable desaparición física y cultural que se les augura.

Intrigado por este proceso de extinción cultural y humana, Córdova-Leyva empezó hace más de 20 años a frecuentar las aldeas y rancherías de la región en búsqueda de evidencias tangibles de la fase terminal por la que presuntamente transitan. Cuando la disponibilidad de tiempo y recursos económicos lo ha permitido, Córdova-Leyva ha pasado temporadas en estas comunidades ancestrales, conviviendo con hombres y mujeres huraños por sistema con el forastero, hasta lograr su aceptación y confianza.

Con los años, Córdova-Leyva ha reunido uno de los pocos, si no es que el único, registro fotográfico de la persistencia de tradiciones que, no obstante que presentan las huellas de la modernidad avasalladora, continúan dando cohesión a una comunidad que se resiste a desaparecer. La indiscutible importancia histórica, antropológica y estética que este cuerpo de fotografías posee, está cimentada en su genuina naturaleza testimonial. En su ensayo Ocultación y descubrimiento de Orozco, Octavio Paz afirma que las fotos y los reportajes son documentos pero no necesariamente testimonios. "El verdadero testimonio" —dice Paz— "alía a la veracidad la comprensión a lo visto, lo vivido y lo revivido por la imaginación del artista. La comprensión nace de la simpatía moral, y se expresa de muchos modos: piedad, ironía, indignación. La comprensión es participación".

Gracias a su voluntad de participación, Córdova-Leyva pudo atemperar su mirada, liberarla de ideas preconcebidas y aproximaciones condescendientes o estetizantes. Libres de las ideologías que se desprenden de la corrección política y de otros discursos oportunistas, sus imágenes son verdaderos testimonios. Las fotos que componen la serie Jaspuypaimestán resueltas con sobriedad; optan por un equilibrio justo entre forma y contenido, lo cual favorece un discurso articulado más en términos simbólicos que descriptivos.

No obstante que el desarrollo de este proyecto ha sido una suma de replanteamientos de premisas y objetivos, Córdova-Leyva ha alcanzado su objetivo original. Sin dramatismos, de manera respetuosa y empática, sus fotos recogen la precariedad cotidiana, la fatiga de los cuerpos, la evanescencia de los ritos: síntomas inequívocos de la vigencia de la condena que pende sobra la forma de vida de los pueblos indios del Área Cultural Yumana. En efecto, el comedimiento con que fueron realizados estos trabajos no oculta el drama subyacente.

Tanto en sentido literal como figurado, los miembros de estas comunidades dicen que "las cercas crecen de noche". Esta frase resume con claridad el proceso de despojo y confinamiento del que son objeto. El blindaje de la frontera (que ha funcionado como un torniquete impidiendo el flujo sanguíneo entre el cuerpo continental y el brazo peninsular), las políticas estatales homogeneizadoras, la especulación inmobiliaria, el desarrollo turístico y la expansión de cultivos vinculados a la agroindustria, han ocasionado que el tejido humano de las comunidades —dependientes para su sobrevivencia de libre movilidad en grandes extensiones territoriales— sufra de necrosis. Sin embargo, a pesar de todo, las fotos de Roberto Córdova-Leyva atrapan también el halo de fortaleza que aún irradia el pueblo que, como un gesto de valiente resistencia, se autodenominó hace siglos como Jaspuypaim: Los Jamás Bautizados

Carlos Ashida (1955-2015) curador de arte y especialista en plástica era, al momento de su fallecimiento en abril pasado, curador en jefe del Instituto Cultural Cabañas, en Guadalajara, Jalisco.