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El libro revela las coincidencias entre el humanista fallecido hace tres años y Rabelais

Dan a conocer Carpe risum, ensayo póstumo de Ernesto de la Peña

Aún no se publica su poesía inédita, porque no hay editorial, dijo María Luisa Tavernier

 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de febrero de 2016, p. a10

De manera irreverente, pero respetuosa, y con explosivo sentido del humor, el reconocido escritor y políglota mexicano Ernesto de la Peña (1927-2012) ofrece en su ensayo póstumo Carpe risum: inmediaciones de Rabelais las claves para adentrarse en la vida y obra del monje, médico y humanista francés François Rabelais (1494-1553).

Publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), se trata de un trabajo literario más que académico, en el que De la Peña entreteje la erudición y la cultura popular, la historia y la literatura, explicaron María Luisa Tavernier (esposa por casi 30 años del notable lingüista), Vicente Quirarte, Philippe Olle’-Laprune y Adriana Romero, como editora y moderadora, en la presentación del volumen, ayer, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

En el libro se puede apreciar una especie de contrapunto entre ambos humanistas (Rabelais y De la Peña). Uno como el que adoptó la sabiduría popular francesa de finales de los siglos XV y XVI, y el otro como el humanista cabal del siglo XXI, comentó la maestra Tavernier en charla con La Jornada.

En el ensayo se refleja, explicó Tavernier, la capacidad de reírse de los demás, con los demás y de sí mismo. La capacidad de jugar con la lengua. Así era Ernesto. Muchos lo conocieron por su impecable uso del lenguaje, pero no conocieron al Ernesto deliciosamente mal hablado. En eso mucho hay de contacto con Rabelais.

Otra coincidencia es el goce de beber vino, sin llegar a embrutecer, como goce ético y estético, continuó la esposa de De la Peña.

“Ernesto, en sus primeras etapas de vida, cuando yo todavía no lo conocía, era un bebedor heavy, pero luego renunció a toda bebida impura, como él le decía, y se dedicó a beber vino con moderación y gran placer gastronómico. Ernesto no fue médico, ni monje, pero sí un gran humanista del siglo XXI.”

A tres años de su fallecimiento, Ernesto todavía no se ha descorchado como el gran vino que es su trabajo para los lectores, añadió Tavernier, quien adelantó que aún se encuentra sin publicar su poesía inédita, que lleva por título Poemas invernales puestos en las manos de María Luisa. Aún no tengo editorial.

Durante la presentación, Philippe Olle’-Laprune y Quirarte se refirieron al título del volumen, Carpe risum, concepto creado por De la Peña, para remitirse al disfrute de la risa y al goce profundo de estar vivo.

Señalaron que no se trata de un libro académico, sino ensayístico, que habla sobre la literatura y que ofrece las claves y el contexto histórico para adentrarse en la vida y obra de Rabelais, autor de Gargantúa y Pantagruel.

Con enorme conocimiento, sencillez, visión actualizada y sentido del humor, De la Peña, además de hablar de los mecenazgos, vino, tradiciones orales y poesía árabe, aborda cómo Rabelais logró escapar a los problemas de censura gracias a la risa, a lo grotesco, a la farsa, comentó Olle’Laprune.