Espectáculos
Ver día anteriorSábado 30 de enero de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El director de películas como París nos pertenecce y El amor loco tenía 87 años

Falleció Jacques Rivette, uno de los pilares de la Nueva Ola francesa

Partió uno de los principales cineastas de lo íntimo, expresó Fleur Pellerin, ministra de Cultura

Foto
Era uno de los más lúcidos, más inventivos y más libres de la Nueva Ola, expresó el ex crítico y ex presidente del festival de cine de Cannes Gilles JacobFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Sábado 30 de enero de 2016, p. 6

París.

El cineasta francés Jacques Rivette, uno de las figuras más destacadas de la Nouvelle Vague (Nueva Ola), autor de películas como París nos pertenece y El amor loco, falleció ayer a los 87 años.

Nacido en Rouen (noroeste) el primero de marzo de 1928, Jacques Rivette dio sus primeros pasos en el mundo del cine como crítico, al igual que los futuros pilares de la Nueva Ola francesa, François Truffaut, Jean-Luc Godard y Eric Rohmer.

Luego realizó unos 20 filmes, entre los cuales también están La bella mentirosa, 1991.

Autor de obras que podían ser de muy larga duración, como Out 1, de más de 12 horas, Rivette se acercó al cine por medio de la crítica cinematográfica, antes de empezar a filmar.

Tras fundar en 1950 la Gazette du Cinéma, con Eric Rohmer, Rivette fue crítico en los Cahiers du Cinéma, publicación de la que fue redactor jefe de 1963 a 1965.

Luego de ser asistente de Jean Renoir en los años 50, dirigió la realización del cortometraje Le Coup du berger, el cual jugó un papel determinante en la Nueva Ola. Así, su éxito llevó a François Truffaut a volverse director de cine y a Claude Chabrol a filmar largometrajes.

Rivette codirigió en 1958 su primer largometraje, París nos pertenece. En los años 90 dirigió La bella mentirosa (1991), a partir de La obra maestra desconocida, de Balzac, con Michel Piccoli y Emmanuelle Béart.

Para él, los filmes podían ser experimentales. En sus películas muy largas intentaba imponer un ritmo lento, dejando al espectador cierta libertad para descubrir a los personajes. En esos organismos vivos, uno vive su propia vida, durante dos, tres o cuatro horas, resume un crítico.

Dejaba mucho espacio a los actores y más aún a las actrices, con quienes improvisaba y a quienes filmaba con fineza. Así, grabó en particular con Emmanuelle Béart, Sandrine Bonnaire o Michel Piccoli.

Apasionado por el teatro, Rivette, quien solía trabajar a partir de historias de complot y filmar la deambulación de gente por las calles de París, también podía trabajar sin guión. En esos casos, daba a los actores el día anterior, o incluso el día de la filmación, un bosquejo de unas 15 páginas a partir del cual tomaban posesión de su personaje. Nos daba la posibilidad de ser también autores, comentó el actor Sergio Castellito.

El presidente francés François Hollande saludó a uno de los mayores cineastas cuya obra fuera de normas le valió reconocimiento internacional, mientras la ministra de Cultura, Fleur Pellerin, estimó que se trataba de la desaparición de uno de los principales cineastas de lo íntimo y de la impaciencia amorosa.

Era uno de los más lúcidos, más inventivos y más libres de la Nueva Ola, subrayó el ex crítico y ex presidente del festival de cine de Cannes, Gilles Jacob.

El cine francés pierde a uno de sus directores más libres e inventivos, coincidió la actriz Anna Karina, quien actuó en su película La religiosa, 1966.