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Merecíamos ganar: Marini; no estuvimos a la altura del juego: Ambriz

Ante un apagado América, Puebla sacó un punto del Azteca al empatar sin goles
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de enero de 2016, p. a10

A costa de un apagado América, el Puebla hizo una aceptable presentación y sumó su primer punto del torneo tras el empate sin goles, ayer en la cancha del estadio Azteca, donde la afición –unos 40 mil asistentes– se retiró molesta y despidió a los suyos con una sonora silbatina.

Las extraviadas Águilas brindaron un flojo partido. El equipo visitante, que hizo una interesante labor la campaña anterior, tomó el mando del juego, azuzado por las arengas del entrenador Pablo Marini.

El equipo de la franja, con amenaza de descenso, tuvo un arranque explosivo en este torneo Clausura 2016. Encajonó a los displicentes americanistas: al minuto cuatro David Toledo elevó demasiado su envío, más tarde, al ocho, Luis Robles estampó el esférico en la horquilla izquierda de la meta defendida por Moisés Muñoz.

Al 17 el grito de gol se ahogó una vez más entre los seguidores camoteros –unos mil aproximadamente– tras un gran centro de Óscar Rojas, quien cedió para Matías Alustiza; éste quiso encajar la pelota entre las piernas de Muñoz, quien contuvo con más suerte que otra cosa.

El segundo tiempo empezó lleno de emociones. Al 46, Rojas remitió largo y preciso servicio para Alustiza, quien rebasó sin problemas a Ventura Alvarado, dejó botar el balón y lo prendió con exceso de potencia y sin dirección.

Dos minutos después Oribe Peralta tuvo un mano a mano con Campestrini; el guardameta argentino hizo una excelente salida, achicó perfecto y frustró el avance de los amarillos. No obstante el grito de ¡Águilas, Águilas! apareció en las gradas para alentar a los locales.

Al 53 de nuevo el Puebla tocó la puerta. Alustiza hizo una gran jugada y ante la presión de la zaga local cedió para David Toledo, quien terció con el Hobbit Bermúdez, quien definió sin fuerza y Muñoz disolvió el peligro.

Entre abucheos se fue Darwin Quintero para el ingreso de Michael Arroyo (minuto 58), quien cobró un tiro libre, la pelota hizo una comba y con apuros rechazó Campestrini.

En la postrimería del partido ya se escuchaban algunas silbatinas aisladas que fueron silenciadas por un disparo de Benedetto, que pasó zumbando cerca del poste derecho. No hubo gol y con el pitazo final estalló la ensordecedora rechifla porque el empate supo a derrota.

Marini señaló: El resultado nos deja un sabor agridulce. Quedo satisfecho, aunque se pudo vencer; ¡merecíamos ganar!, por momentos fuimos superiores, pero estamos tranquilos y conformes.

Aseguró que Puebla viene con la misma propuesta del torneo anterior; tiene que fortalecerse, pero esa es la idea y agregó que jugando así libraremos el tema porcentual, que es nuestra idea principal.

Ambriz, casi afónico, dijo que se va intranquilo porque no ganamos en casa otra vez... No estuvimos a la altura de lo que fue el partido. Que no suene a pretexto, pero sólo tuvimos siete días de entrenamiento, nos falta volumen de juego.

Recalcó que tiene la obligación de ganar de local: La presión la tengo, pero más que preocupación debe ser una exigencia con nosotros mismos. No te voy a negar que ellos jugaron bien, pero tenemos un punto. Quiero ganar, a eso me comprometo.