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Los alumnos, ausentes en la reforma

La escuela pública, sometida a enorme presión: especialistas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 6 de enero de 2016, p. 16

Profesores y especialistas advirtieron que en 2016 la escuela pública enfrentará una enorme presión para dar resultados cuantitativos que sirvan a la agenda política que se ha impuesto a la educación, y agregaron que los alumnos han sido los grandes ausentes de la reforma en el sector.

Señalaron que cerca de 26 millones de estudiantes de prescolar, primaria y secundaria –que este jueves regresan a las aulas– deberán enfrentar el cambio de modelo educativo y por tanto de planes y programas de estudio. A esto se suman decenas de evaluaciones tanto bimestrales como de diagnóstico, y de aprendizaje, como el Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea).

La escuela está bajo presión excesiva de actores y factores externos que están acabando con la posibilidad de generar un verdadero clima de autonomía y fortaleza escolar que apoye el desarrollo de los aprendizajes de los alumnos, afirmó Francisco Bravo, ex dirigente magisterial y docente con más de 25 años de servicio.

Este año se buscará, dijo, profundizar lo que el gobierno federal insiste en llamar reforma educativa, que sólo ha generado mayores distorsiones y rupturas en la comunidad escolar.

Bravo agregó que no sólo se trata del deterioro en las condiciones laborales del magisterio, el excesivo control administrativo que se ejerce sobre docentes y directivos, sino que hay una búsqueda sistemática por acabar con las bases de lo que hasta ahora ha sido la educación pública en México.

En entrevista, Ángel Díaz Barriga, especialista del sistema educativo y profesor del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, de la Universidad Nacional Autónoma de México, resaltó que hablar de un proyecto o modelo educativo implicaría un cambio radical en todo, pero lo que constatamos en sexenios recientes en materia educativa es que hemos tenido una política de efectos.

Se implantó, dijo, la evaluación de docentes, la cual genera efectos. En algunos sectores de la sociedad mexicana es bien recibida, pero en general los maestros no la aceptan o le tienen miedo, lo cual no es la mejor opción.

Sobre todo, indicó, no hay un cambio radical. Se evalúa mal a los profesores. El propio Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación aceptó, en su balance de diciembre pasado, que la evaluación tuvo varias deficiencias, aunque no reportó todas. Faltaron aquellas de las que el propio instituto es responsable, como los malos instrumentos con los que se evalúa a los maestros y que no tenemos un modelo educativo que cambie la forma en que se articulan los aprendizajes.

Por ello, destacó que para generar un nuevo modelo educativo se tendría que haber pensado en cambiar la formación en las escuelas normales por lo menos para los próximos seis años.

Subrayó que los alumnos han sido los grandes ausentes. No hay cambios en su proceso de aprendizaje.

Las generaciones anteriores aprendían repitiendo de memoria, pero la actual lo hace mediante el descubrimiento y la interacción. Explicó que el alumno va y busca en Internet, encuentra una página que le da información o le ofrece ejercicios que encontró gracias a su habilidad de buscar. La tarea del maestro se convierte en cómo articula eso, no en cómo lo enseña; esto implicaría haber cambiado.