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Cientos desaparecen sin que ninguna autoridad nos ayude a hallarlos, señalan

Madres centroamericanas acuden a la Basílica; oran por encontrar a familiares
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La Caravana de Madres Centroamericanas en busca de sus hijos y familiares desaparecidos en México en su visita ayer a la Basílica de GuadalupeFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Lunes 7 de diciembre de 2015, p. 17

Los 40 integrantes de la decimoprimera Caravana de Madres Centroamericanas en busca de sus hijos y familiares desaparecidos en tránsito por el país pidieron a la Virgen de Guadalupe fuerza y esperanza para continuar su lucha; la mayoría no tiene noticias de ellos desde hace 15 años.

Procedentes de Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador, las madres y padres de los desaparecidos llegaron a la Basílica de Guadalupe, donde el sacerdote Eugenio Ramírez oró para que los pueblos centroamericanos dejen de ser tan golpeados por la violencia y la corrupción; también pidió que los gobernantes dejen de estar al servicio de intereses particulares y ayuden a las personas de sus respectivas naciones a salvar vidas.

Julio Herrera Serrano, originario de Protección Santa Bárbara, Honduras, participa por primera vez en la caravana. Vengo con la esperanza de encontrar a mi hijo Jaime Adolfo y a su sobrino Orli Iván, quienes dejaron su país a los 18 y 20 años, respectivamente.

Han pasado ocho años sin saber nada de ellos; salieron huyendo de la pobreza y de la violencia. Vine a pedir ayuda para encontrarlos.

Más, tarde, en un recorrido por el corredor Reforma-Alameda-Centro Histórico, los integrantes de la caravana abordaron una unidad del servicio turístico Capital bus, donde desplegaron mantas con las fotos de los migrantes desaparecidos.

Ana Enamorado señaló que la violencia, el miedo de perder a su familia en manos de una pandilla, la extorsión, la falta de empleo y la posibilidad de encontrar una vida mejor ha incrementado el número de migrantes centroamericanos que viajan hacia Estados Unidos a través de México, pero no llegan a su destino.

Cientos de hombres y mujeres arriesgan su integridad y lo poco que tienen para lograr el sueño americano, pero desaparecen sin que ninguna autoridad actúe y nos ayude a encontrarlos, aunque estén encerrados en una cárcel o muertos, abundó.

Desde hace 11 años, la Caravana de Madres Centroamericanas se ha dado a la tarea de ayudarles a encontrar a sus familiares, logrando a la fecha 200 rencuentros que, podrían ser pocos, pero han representado un gran esfuerzo.