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El grupo español ofreció conciertos en el Teatro de la Ciudad

Luces de neón ambientaron el sonido pop de La Unión
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de noviembre de 2015, p. a15

El pop del grupo español La Unión se escuchó dos días (viernes y sábado) seguidos en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, donde regresaron las luces neón, las pistas iluminadas... la estética ochentera.

Los Hijos de Frida abrieron la velada con su rock retro.

El programa incluyó los temas del disco Hip-Gnosis, título con el que refieren su idea de la función de la música, entre un estado de hipnosis y el conocimiento de uno mismo. Es el estado de quien se deja llevar por la melodía, en un latido que armoniza con el todo.

La Unión ha tenido cambios en sus integrantes, y hoy enfrentan que uno de ellos esté enfermo. Esperan que se recupere y regrese a los escenarios. Su unión es la amistad.

La forma cambia, la esencia permanece, es el lema que esgrimen. Ellos son Luis Bolin, Rafa Sánchez y Mario Martínez.

Comenzaron con La noche. Siguió el clásico Mil siluetas y la rítmica Falso amor.

Celos, su idea de Otelo, el infierno, la duda, la celotipia. Los fantasmas. Como en respuesta, tocaron Si tú quisieras, Humo, Tren y Vivir.

Con todo, varios asistentes no pararon de gritar para que tocaran Hombre lobo en París. La interprertaron en una versión acústica.

Carnaval y Dónde estabas hicieron bailar y corear. Negrita, La isla y Mala vida, tres ejemplos de cómo se hacen buenas canciones respetando el estilo. Hay una unidad en la diversidad.

Maracaibo, Más y más y la explosiva Volcán, que hizo imaginar a una mujer que incendia la cama, que eleva la temperatura. Remataron con Vuelve el amor.

En el encore, Hermana Tierra y Fluye. Con Sildavia releyeron su utopía, su topus uranus platónico, la Nueva Atlántida de Campanella.

Rafa instó a no tener miedo, a no vivir con él, a escapar de él, que no es más, definió, que una sombra, un espectro de uno mismo, creado por la imaginación.

Perder el miedo es lograr la libertad, esa condición que niegan los tiranos, los poderosos, los acostumbrados a manipular. El mensaje fue entendido por los asistentes.

En México hay miedo y millones ya no quieren salir de sus casas. Hay que viajar a Sildavia.

La noche está afuera, en Donceles y República de Cuba, en Bolívar… Para acompañar a los que se irán del Teatro de la Ciudad. La Unión tocó por segunda vez Hombre lobo en París, pero en su versión más original, la clásica.

A esas horas, Denís se llenó del reflejo de la Luna, caminó por las calles del Centro Histórico. Un aullido se escuchó a lo lejos.