Cultura
Ver día anteriorViernes 27 de noviembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Lamenta la comunidad dancística el deceso de la coreógrafa

Contreras será recordada como gran formadora de bailarines y de público

Colocó a la cultura como factor de movilización: Hayde Lachino

Su labor y compromiso merecen un homenaje: Cecilia Appleton

Foto
Gloria lanza goyas en un homenaje en su honor, en 2014Foto Cristina Rodríguez
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de noviembre de 2015, p. 4

La coreógrafa y bailarina Gloria Contreras fue recordada por la comunidad artística como una mujer profundamente comprometida con la danza, que formó no sólo a espectadores del arte de Terpsícore, sino también a innumerables bailarinas y bailarines que figuran actualmente en compañías de América Latina.

Los críticos de danza consideran que tenía una aguda claridad de conciencia para entender las tramas del poder, lo que le permitió sostener durante 45 años el Taller Coreográfico de la UNAM (TCUNAM) en una batalla constante de negociaciones políticas, públicas y discrecionales. Va a ser difícil tener a alguien parecido a ella, por su obra tan apasionada y su necesidad de crear, sostuvieron los artistas.

A continuación, algunas de las opiniones que compartieron a La Jornada, críticos y figuras de la danza:

Patricia Aulestia, ex bailarina y fundadora del Ballet Nacional Ecuatoriano (1967-1970): Gloria es una de las coreógrafas conocidas a escala internacional más destacadas; será difícil tener alguien parecido a ella, por su obra tan apasionada y su necesidad de crear. Su mayor valor fue su labor en la UNAM, donde formó un público y a miles de bailarines. Sensibilizó a la comunidad estudiantil con música y danza, porque ella hacía todo con partitura: tenía esa doble particularidad dancística y musical.

Hayde Lachino, crítica de danza: “Gloria Contreras y todo lo que significa el TCUNAM tiene para mí dos elementos centrales: todo lo que provocó en la comunidad universitaria, que coloca a la cultura como factor importante de movilización, de acercar las expresiones de arte a los estudiantes. Mediante el TCUNAM muchos jóvenes universitarios tuvieron un primer contacto con el arte de la danza mediante obras de alta calidad; además, el taller coreográfico provocó que muchos encontraran en la danza una vocación.

Ahí también se cumple uno de los preceptos universitarios que tiene la UNAM como espacio de difusión de cultura y de socialización, de romper con lógicas de exclusión, porque era impresionante ir a una función del TCUNAM y ver lo profundamente ligado que estaba el trabajo de la maestra Contreras con la comunidad universitaria y con muchos espacios de la sociedad mexicana.

Cecilia Appleton, coreógrafa y directora de la compañía Contradanza: El trabajo de Gloria Contreras merece un homenaje. Fue una labor de muchos años, de mucha dedicación y de compromiso hacia esa comunidad universitaria que ella hizo suya y que a su manera logró llevar su estética porque, aunque ofreciera funciones de manera popular, su lenguaje no tenía ese estilo, sino estaba ligado a la estética clásica, que en ocasiones fusionaba a las raíces mexicanas sin llegar a hacer folclor. Fomentó que se dieran clases de ballet a niños. Fue una amante de la danza.

Cecilia Lugo, coreógrafa y directora de Contempodanza: Es una gran pérdida para la danza, porque fue un parteaguas sobre todo en el espacio universitario, con su trabajo, dedicación y talento. Creó el TCUNAM y formó públicos para la danza, y lo hizo muy bien.

Voz culta y de trato exquisito

Gustavo Emilio Rosales, crítico de danza: Formar públicos en el ámbito estudiantil en una universidad (la máxima casa de estudios) para la cual la danza no significa más que mero entretenimiento coreográfico, fue la labor significativa de la maestra Gloria Contreras, un ser de trato exquisito y permanente voz de niña, quien ingresaba en una especie de trance cada que platicaba anécdotas relacionadas con el arte. Fue una de las personas más cultas dentro del ámbito de la danza mexicana y también una de las más reacias a convivir y colaborar con sus pares. Poseía una aguda claridad de conciencia para entender las tramas del poder, lo que le permitió sostener durante 45 años el TCUNAM en una batalla constante de negociaciones políticas, públicas y discrecionales.