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La cineasta Lisa Immordino busca dejar del lado las hazañas sexuales de la coleccionista

Documental pretende salvar el legado de Peggy Guggenheim al mundo del arte

Fue mecenas de artistas como el pintor Jackson Pollock y el alemán Max Ernst

Foto
Fotograma de Peggy Guggenheim: Art Addict, que se estrenó en la edición pasada del festival de cine de Tribeca
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de noviembre de 2015, p. a10

Los Ángeles.

Un nuevo documental divulgado este mes ofrece una mirada íntima sobre Peggy Guggenheim, conocida tanto por la cantidad de hombres con los que se acostó como por su perdurable huella en el arte del siglo XX.

La cinta Peggy Guggenheim: Art Addict ahonda en la vida de la excéntrica coleccionista, mediante grabaciones de entrevistas hasta ahora desconocidas. La mecenas murió en 1979, a los 81 años.

Desde la muerte de su padre en el hundimiento del Titanic hasta sus muchos amantes –entre ellos Samuel Beckett, Max Ernst y Marcel Duchamp–, la película ofrece un retrato fascinante de Guggenheim, que explora todo, desde su problemática relación con su hija, Pegeen, hasta su malograda cirugía de nariz.

La directora Lisa Immordino Vreeland, quien entrevistó a unas 60 personas para realizar el filme, habló sobre el proyecto, cuya realización llevó tres años.

En su película sobre Guggenheim busca lograr un retrato honesto de una mujer compleja, más conocida por sus hazañas sexuales que por su perenne huella en el mundo del arte.

Sentí que fue realmente incomprendida y que su papel en la historia del arte fue algo subestimado, porque la gente no entendió sus logros, dijo Vreeland, cuyo primer largometraje fue un exitoso documental sobre el legendario icono de la moda Diana Vreeland, abuela de su esposo.

El otro aspecto de Guggenheim, el sexual, sus aventuras, forjó su fantástico carácter, afirma. Pero no se trataba de sus amantes, sino de la visión muy contemporánea con la que encaró su vida.

El filme refleja el empeño de Guggenheim por usar su modesta fortuna para formar una de las colecciones de arte del siglo XX más impresionantes, inicialmente guiada por el instinto y asistida por el pintor francés Duchamp.

Su mecenazgo ayudó a lanzar la carrera de artistas estadunidenses como Jackson Pollock, a quien apoyó con una mesada mensual, y a Max Ernst, con quien estuvo casada dos años.

Ella no solamente se relacionó con el arte, sino también con los artistas, y su vida se convirtió mayormente en eso, recuerda Vreeland. Tomó decisiones muy valientes y debemos siempre relacionar a Peggy con el coraje.

El filme ahonda también en su trágica vida familiar. Guggenheim quedó devastada con la muerte de su padre cuando ella tenía 13 años y, más tarde, la de su amante, el intelectual inglés John Holms, descrito como el gran amor de su vida.

Tuvo además una difícil relación con sus dos hijos, de su matrimonio con el escritor Laurence Vail. Creo que tenía vacíos emocionales en su vida, que colmaba con el arte, señala Vreeland.

El filme, que pinta diferentes periodos de la vida de Guggenheim, destaca también su soledad cuando recoge su impresionante colección de arte y finalmente se establece en su palacio del siglo XVIII, en Venecia.

Vreeland recuerda que, aunque al principio se referían a ella en Venecia como la loca americana, pronto se convirtió en una celebridad en la ciudad y muchos iban a llamar a su puerta.

Siempre se sintió sola, pero esto se agravó hacia el final de su vida, afirma la realizadora.

Vreeland confiesa su deseo de que su filme cambie la percepción que se tiene de Guggenheim, para que sea recordada por su indeleble legado a la historia del arte.