Amnistía Internacional dio a concer que la absolución de una mujer que fue sujeta a tortura y abuso sexual para confesar un delito de extorsión en Chihuahua no basta; debe castigarse a los policías estatales que perpetraron la violación a sus derechos humanos, además de que ella y sus familiares deben recibir la reparación del daño.

El hecho que una joven mujer fue forzada a pasar dos años en prisión después de haber sido torturada para confesar un crimen dice mucho sobre el estado del sistema de justicia en México, indicó Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Aunque celebró la absolución que dictó el juez que lleva el caso, la directiva de AI advirtió que no se hará justicia en este expediente hasta que quienes abusaron sexualmente de ella para que confesara la autoría de un crimen sean puestos en prisión y se envíe un enérgico mensaje de que la tortura nunca es aceptable.

La organización internacional de derechos humanos recordó que Cristel Fabiola Piña Jasso, de 25 años y madre de dos menores, fue absuelta la noches del lunes por una corte en Chihuahua, tras haber pasado dos años en prisión. La juez dijo que no había evidencia suficiente en su contra y ordenó una investigación federal sobre la tortura que sufrió.

“Cristel Fabiola fue detenida arbitrariamente junto a su esposo en agosto de 2013, cuando policías del estado entraron violentamente en su domicilio ubicado en Ciudad Juárez. Los policías golpearon brutalmente a ambos y abusaron sexualmente de ella hasta que se vio obligada a confesaer el crimen mediante un video.

Cuando enfrentó al juez, Crisel se retractó diciendo que había sido torturada, puntualizó la organización internacional en un comunicado.

Cristel Fabiola, su esposo y otro coacusado podrían ser liberados a finales de este mes, después de la fecha límite que tiene el fiscal para apelar.