Cuando sucedió el terremoto de 1985, Felipe Haro Poniatowski, entonces de 16 años, participó en las tareas de rescate.

Tres décadas después realizó el documental Nada a nadie: las huellas del temblor, en el que reúne testimonios e imágenes de lo que ocurrió el 19 de septiembre de 1985 a las 7:19 de la mañana.

El documental, de 55 minutos, se estrenó la noche del martes en el teatro Antonio Caso, ubicado a unos pasos de donde se erguía el edificio Nuevo León, en Tlatelolco.

Acudieron, entre otros, el titular de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez; Cuauhtémoc Abarca, uno de los fundadores de la Coordinadora Única de Damnificados, y vecinos de la zona.

Antes de la proyección, Haro Poniatowski explicó que propone una memoria de lo que pasó en esa época y por qué sucedió. Fue un desastre natural, pero que tuvo esas consecuencias porque el hombre, los ingenieros, los que construyeron los hospitales Juárez y General, hicieron mal esos edificios. Por ejemplo, no deberían haberse caído porque eran hospitales construidos por encargo del gobierno. Sin embargo, según los expertos estaban mal construidos.

En Nada a nadie: las huellas del temblor “hay testimonios de muchas personas; tenemos el apoyo de La Jornada, por supuesto, de Cuartoscuro, Proceso, de Talento Post, de Televisa, nos prestaron material y tuvimos la fortuna de entrevistar a Jacobo Zabludovsky, que fue la última entrevista que se le hizo”.

El documental no se basa de manera textual en el libro Nada, nadie: las voces del temblor, de Elena Poniatowska, madre del documentalista. El guión no está sacado de ahí, pero sí hay muchas partes que se toman; uno de los entrevistados es, por supuesto, la periodista y escritora.

Felipe Haro Poniatowski en el teatro Antonio Caso, donde se exhibió su documental Nada a nadie: las voces del temblorFoto Jesús Villaseca

Las imágenes y los testimonios del filme son la memoria histórica de este país. Dicen que el mexicano tiene poca memoria, que no nos acordamos de nuestra historia, pero los hechos ocurridos no tienen que volver a suceder, las personas no tienen que hacer documentales sobre la muerte, sobre un terremoto y además de los problemas económicos políticos y sociales que conllevan a muchísimas más muertes cuando hay una catástrofe natural.

Al revisar el material, añadió Felipe Haro Poniatowski, “lo que más me sorprendió es que las personas ya no se acuerdan de lo que es un terremoto, no hacen caso cuando les dicen ‘salgan’ o ‘tomen en cuenta que puede existir una catástrofe natural’. Eso me sorprende. Piensan que eso ya sucedió, así que no puede volver a ocurrir.

Vivimos en un país inmerso en la corrupción, donde por ahorrarse tres milímetros en una varilla, que en 50 mil varillas significan tres centavos, muchos están dispuestos a sacrificar esos 3 milímetros para ganar esos tres centavos.

Ese documental, dijo Eduardo Vázquez, se inscribe en las actividades programadas por el Gobierno del Distrito Federal para recordar lo ocurrido en 1985, entre las que figuran exposiciones fotográficas y el concierto de Plácido Domingo en la Plaza de las Tres Culturas.

Nada a nadie: las huellas del temblor se presenta este jueves a las 19:30 horas en el Complejo Cultural Universitario de Puebla.