Sociedad y Justicia
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Brigitte Bardot festeja la valentía del organismo mundial

Rechazo e indignación en varios países; tendríamos que volver a las cavernas
 
Periódico La Jornada
Miércoles 28 de octubre de 2015, p. 41

Berlín.

Un fuerte rechazo e indignación causó en varios continentes el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que vincula el consumo regular de embutidos y carne roja al riesgo de cáncer. Es decir, el consumo de salchichas o tocino y hasta de la carne roja no procesada.

¡No hay que tener miedo de comerse una salchicha a la brasa!, afirmó el ministro alemán de Alimentación, Christian Schmidt.

Desde Sydney, su colega australiano de Agricultura, Barnaby Joyce, calificó el informe de farsa y dijo que si uno analiza todo lo que la OMS dice que es cancerígeno y lo excluye de su dieta diaria, tendríamos que volver a las cavernas.

En su informe publicado el lunes, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la OMS, colocó el consumo excesivo de carnes procesadas, como embutidos, en el grupo 1 de riesgo de contraer cáncer, principalmente colorrectal, e integró la ingesta excesiva de carnes rojas –vacuna, porcina y ovina– en el grupo de alimentos probablemente cancerígenos.

En Italia, la tierra del jamón de Parma, donde se pregonan los beneficios de una dieta tradicional mediterránea, los productores de alimentos y agricultores se declararon indignados.

A su vez, ganaderos, carniceros y ávidos consumidores del imperio de la carne en el Cono Sur clamaron: con la carne no se metan, y con los jamones, tampoco.

Si usted me dice que los embutidos son malos para los que somos hipertensos, le digo que sí, por la sal; hay que tener cuidado, pero ¿el cáncer? No lo he notado, dijo Alberto Samid, apodado El rey de la carne, un mediático productor ganadero y dueño de un centenar de carnicerías en Buenos Aires y su periferia. Samid reconoció que carece de rigor científico para discutir a la OMS.

El Ministerio de Salud de Bolivia respaldó el informe del organismo mundial y recomendó la llama, un ancestral platillo indígena que ha dado el salto a las mesas de comida gourmet. En Bolivia tenemos carnes buenas, como la llama, con bajo porcentaje de grasa que beneficia, pero con moderación, sostuvo Vicky Aguilar, jefa de la Unidad de Alimentación y Nutrición del ministerio.

Hace rato que Argentina dejó de estar entre los 10 primeros exportadores globales de carnes, según la Secretaría de Agricultura estadunidense (USDA, por sus sigla en inglés). En América, la superan Brasil, Estados Unidos, Paraguay, Uruguay, Canadá y México, en ese orden.

En los países del Mercado Común del Sur está prohibido el uso de anabólicos para el engorde del ganado, a diferencia de Estados Unidos y México, y en su gran mayoría las vacas pastan en praderas, no en corrales de encierro.

Entre los pocos que elogiaron el reporte destaca la actriz retirada francesa Brigitte Bardot, quien habló de la extraordinaria valentía de la OMS al vincular el consumo de carnes procesadas y rojas al riesgo del cáncer y desafiar así a la mafia del sector.

Cuestión de cantidad

Como siempre, todo es cuestión de cantidad: demasiado de lo que sea nunca es bueno para la salud, argumentó Christian Schmidt, en una declaración que toma como ejemplo los riesgos de exponerse demasiado al sol. Se alarma a la gente de forma indebida si se pone la carne en la misma bolsa que el amianto o el tabaco, afirmó.

Salchichas y fiambre son productos muy presentes en la alimentación alemana, aunque su consumo muestra cierto declive: en 2013, ingirieron 60.3 kilos por persona, frente a 61.3 en 2010. Alemania es además un importante productor de carne, con 8.8 millones de toneladas en 2013.