Política
Ver día anteriorLunes 12 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Nosotros ya no somos los mismos

La responsabilidad de los 15 notables en la sucesión en la UNAM

Solidaridades y animadversiones

Foto
La Junta de Gobierno de la UNAM puede hacer de la elección de las autoridades un modelo de participación libre, democrática y, por su transparencia, no sólo legal sino plena de legitimidad. La universidad le debe a la nación un ejemplo de este tamañoFoto Cristina Rodríguez
L

o he sabido de siempre y lo compruebo todos los días a la vuelta de cada esquina: estoy muy lejos de ser (desde el jardín de niños de las monjitas del colegio Plancarte, a la fecha), monedita de oro. Estar desde hace mucho tiempo, semana tras semana, dedicado a tratar la sucesión del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no ha sido día gratis: los réclames y los goyas, provocados por mis universitarias opiniones, concitan y provocan solidaridades y animadversiones: ¿Cómo puede ser posible que tú, que llegaste a tomar la torre de rectoría para impedir el arribo de un rector electo por 10 de los 15 cardenales, ahora seas tan complaciente con el ejercicio de ese grupo de élite? ¿No será que en verdad, tú (en singular), el de entonces, ya no seas el mismo? En cambio los de enfrente, opinan: No puedo creer que usted esté de acuerdo en que la elección del rector requiera participación tumultuaria, en la que tengan igual peso los chamacos de iniciación, que los alumnos de posgrado o los docentes del más alto nivel. En la universidad o hay ponderación o reina la anarquía y el desacato.

Mi opinión de cuando yo sí era, y la de ahora, en la que apenas soy, es la misma. Reconozco (lo hice algunas semanas), el invaluable papel jugado por los miembros originarios de esta instancia superior del gobierno universitario: la junta fundacional de 15 notables. Pero di los nombres de cada uno y no encontré, en sus grandes diferencias profesionales, ideológicas, políticas, reproche alguno que los hiciera sospechosos de una opinión mínimamente perjudicial a la universidad. De la actual Junta de Gobierno (JG) no tengo un dato fuerte que descalifique a cualquiera de ellos, pero en mucho, pues su participación en la vida pública de la nación no ha sido mayormente activa. Dentro de la torre de marfil (tour d’ ivoire, por vez primera citada por Charles Agustín Sainte-Beuve, 1804/ 1869). Todos son socios prominentes por propio y justificado derecho de tan munífica torre pero, no puedo dejar de señalar que, al menos 10 fueron nombrados bajo la égida de don José Narro, a quien tengo en alta estima y del que pienso que no sería capaz de empañar su desempeño de ocho años, realizando, en favor del mejor delfín, un lobby inapropiado e inevitablemente público. Pero lo cierto es que él los propuso al consejo y por ellos votaron los directores (que también se la debían) y muchos maestros y alumnos consejeros, a quienes un detallito amistoso del rector les sabría cómo año sabático. Abuela dixit, pagar es corresponder. De uno de esos 15 ya recibí información sobre alguna cola muy pisable que lo invalida; sin embargo, los dichos deben estar sustentados en pruebas inequívocas. No tengo empacho en dar a conocer las denuncias que me hagan llegar, siempre y cuando los abajo firmantes de ellas, asuman la responsabilidad sobre la veracidad de los hechos y, para esto, nada mejor que formalizar esas acusaciones ante la autoridad pertinente o darlas a conocer, abiertamente, ante la opinión pública. De ser el caso, esta columneta abriría espacio tanto al denunciante como al acusado. Por la otra parte, reitero: no comparto la idea de una elección universal, directa, secreta y parejera (o séase en lenguaje citadino, no ponderada). En la universidad todos somos iguales pero, ni modo, unos más iguales que otros.

Lo que he sostenido es que la JG, sin tener que recurrir a una reforma que llegue al Congreso, lo que sí sería casi un suicidio, un haraquiri, si tomamos en cuenta el peso que en ambas cámaras han alcanzado los representantes de los grandes accionistas de México SA, puede hacer de la elección de las autoridades un modelo de participación libre, democrática y, por su transparencia, no sólo legal sino plena de legitimidad. La UNAM le debe a la nación un ejemplo de este tamaño.

Con esta entrega se termina la nómina de los 15 cardenales universitarios que definirán a nuestro rector por los próximos cuatro años. Se incluye ya, por supuesto, a la última favorecida por la propuesta del rector y avalada por el Consejo Universitario. Hace su debut en sociedad, con su voto extremadamente importante, Maite Ezcurdia Olabarrieta. (Opinión muy personal: si algo tiene que ver con fray Alberto, confío a pies juntillas en su honorable sufragio).

Luis Alberto Zarco Quintero, MVZ egresado de la UNAM, doctor en endocrinología reproductiva por la Universidad de California, profesor titular C de tiempo completo de la FMVZ, facultad que dirigió dos periodos. Fue nombrado catedrático universitario nivel 2, miembro del SNI nivel 3. Ha investigado la infertilidad por mortalidad embrionaria y la estacionalidad reproductiva en rumiantes. Cuenta con 65 publicaciones en revistas arbitradas y el libro Reproducción equina. Presidió la Academia de Investigación en Biología de la Reproducción, entre otras reconocidas instituciones. Obtuvo la distinción Universidad Nacional para jóvenes académicos y el Premio nacional al mérito gremial veterinario.

José de Jesús Orozco Henríquez, licenciatura y doctorado en derecho, ambos con mención honorífica, UNAM, maestro por la UCLA, doctorado honoris causa por la Universidad San Martín de Porres de Perú. Miembro del SNI, investigador titular del IIJ, UNAM. Autor de 10 libros, coordinador de 15 y de más de cien artículos. Ha ocupado importantes cargos como funcionario de la máxima casa de estudios Tiene estudios sobre estructura, relaciones laborales y régimen de gobierno de las universidades públicas, derecho universitario y constitucional. Magistrado del TFE y del TEPJF durante 16 años. Reconocido investigador en derecho electoral. Comisionado de la CIDH, la cual preside por relección.

Javier Garciadiego Dantan. Ciencia Política, UNAM. Maestro y doctor en historia de América Latina, Universidad de Chicago; doctor en historia de México, Colmex; especialista en política y cultura de la Revolución Mexicana; docente en UNAM, ITAM y Colmex. Dirigió el INEHRM y el CEH del Colmex. Profesor visitante en Chicago, Florencia, Dublín y en España. Dos doctorados honoris causa de las Universidades de San Martín, Argentina y de Atenas, Grecia. Premios Salvador Azuela y Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar; entre otros. Miembro del SNI, nivel 3, y de las academias mexicanas de Historia y de la Lengua. Autor de varios libros y numerosos artículos. Ha publicado en la UNAM sobre historia universitaria. Presidente del Colmex.

Gina Zabludovsky Kuper. UNAM, licenciatura, maestría y doctorado en sociología, todos con mención honorífica. Profesora de tiempo completo, titular C de la FCPS de la UNAM. Nivel D del Pride; investigadora del SNI nivel 3, especialista en historia e institucionalización de las ciencias sociales; entre otros temas. Docente en licenciatura y posgrado, UNAM, FES Acatlán, ITAM, Instituto Mora y Flacso. Estancias de investigación en México y el extranjero. Ha participado en más de 25 cuerpos colegiados de la UNAM. Autora de 18 libros y de más de cien artículos. Ha organizado decenas de reuniones académicas de alto nivel. Integrante de organismos de la ONU y OCDE. Premios Nacional María Lavalle Urbina (SRE) y a la Docencia Universitaria (UNAM), entre otros.

Maite Ezcurdia Olavarrieta. Filosofía en la UNAM, maestría y doctorado, Universidad de Londres; investigadora del IIF UNAM y profesora en la FFL; investigadora titular B definitiva de tiempo completo. Nivel D del Pride y nivel 3 del SNI. Investigación sobre filosofía del lenguaje y de la mente. Ha publicado en español e inglés más de 40 artículos y siete compilaciones coordinadas, en editoriales y revistas prestigiadas. Dirigió la Revista Hispanoamericana de Filosofía y formó la Asociación Latinoamericana de Filosofía Analítica. Premio Distinción para Jóvenes Académicos (UNAM). Ha impartido cursos y más de cien conferencias en México y el extranjero. Integrante de comités evaluadores de Conacyt, Ceneval y UAM-I; fue secretaria académica del IIF UNAM.

Me emociona que la convocatoria emitida por la JG haya, por vez primera, incluido algunas sugerencias planteadas antes en esta columneta. La petulancia, para quienes vestimos el sayal franciscano en la lejana infancia, no es nuestro mayor defecto. Simplemente retozo de gusto por coincidir con los 15 sabios del pedregal. Pero falta abrir las ventanas electrónicas, airear la casa y dejar que cien (ojo Alcocer, no le aumentes al maestro), cien flores florezcan. No se ofendan si insisto, aunque sea con prudencia, ustedes 15 deben explorar, no inventar ni imponer. Ustedes son los mandatarios, el pueblo llano que habitamos esta, nuestra casa, somos los mandantes.

Quienes predican la secrecía y el sigilo para que los universitarios aplaudamos alborozados, pero a posteriori, la transmisión que nos hagan de la verdad revelada, nos ofenden y menosprecian. A ellos, con todo respeto, les daremos la próxima semana, nuestra modestísima opinión.

Twitter: @ortiztejeda