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Los de Abajo

Nestora, presa

¿Q

ué se sentirá tener de vecina de cuarto a Elba Esther Gordillo? Nestora Salgado, una activista y luchadora social, y no una delincuente, lo sabe. Desde su traslado a la torre médica del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, en la ciudad de México, comparte pasillo con la ex dirigente sindical y sólo una pared las separa. Paradojas de la vida.

La saña que se ha tenido con la ex comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, resulta tan inexplicable como el poder que ha ejercido Isabel Miranda de Wallace, la fundadora de la organización Alto al Secuestro, quien, afirma Nestora, ha movido sus influencias para impedirle la libertad.

El proceso jurídico sigue su marcha, y los abogados se van topando con más y más irregularidades. Las van subsanando, pues los supuestos testigos no se presentan a los careos. Por eso a la jueza María Leonor Arroyo Mojica se le hizo fácil aceptar, sin explicación ni verificación alguna, que los jóvenes que acusan a Nestora de secuestro no se presenten a las audiencias porque, argumentaron, no tienen dinero para el traslado, por lo que comparecerán en videoconferencia desde Olinalá.

Leonel Rivero, abogado de Nestora, el mismo que llevó el proceso jurídico de Alberto Patishtán hasta conseguir su libertad, asegura a Flor Cordero que el argumento económico de los acusadores está en entredicho, pues estas mismas personas han viajado a la ciudad de México para participar en conferencias de prensa, organizadas por la señora Wallace.

En marzo de 2014, un juez federal eximió a la luchadora social de los delitos de secuestro y delincuencia organizada, pero sigue en prisión. Pesan sobre ella tres causas penales y tres órdenes de aprehensión, una por secuestro, otra por homicidio calificado y otra por robo y privación de la libertad.

El proceso transcurre lento porque la jueza Arroyo niega peticiones y obstaculiza el trabajo de la defensa. A estas alturas no se sabe si por falta de imparcialidad, por incompetencia o mala fe. Hoy, por ejemplo, hay cuatro apelaciones y tres amparos relativos a la causa penal 5/2013, entre otras, por la admisión de una prueba ilegal. El desgaste es enorme para Nestora, la familia y los abogados, pero el caso camina entre apelaciones e impugnaciones.

El 15 de octubre la segunda sala penal con sede en Chilpancingo resolverá sobre la apelación de libertad promovida en abril de 2014. Rivero señala que si el fallo se apega a la razón, los magistrados tendrían que decretar la libertad de Nestora Salgado por una de las causas, lo cual no la liberaría pero sí pondría fin a uno de los procesos y sentaría un precedente.

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